Me he dado cuenta de que los domingos son el peor día para comentar en Menéame si eres una persona mínimamente decente.*
Es cuando se llena de esa fauna peculiar de patriotas de pulsera y SMI: gente que durante la semana sobrevive gracias al salario mínimo que les subió el gobierno al que tanto odian, y que, como no les llega ni para bajar a tomar un vino cutre, descargan su bilis aquí. Esos mismos que, incapaces de asumir su propia miseria, prefieren verla reflejada en los inmigrantes, en los “rojos” o en cualquier otro que les sirva de espejo cómodo. Y así, entre tecla y tecla, suplantan el bar de barrio por el teclado, el chato de vino por la rabia digital, y convierten el domingo en su particular fiesta nacional del resentimiento.
Y yo me alegro de que rebuznen tranquilos: al menos, si se desahogan aquí, no lo hacen alcoholizados con sus mujeres cuando vuelven a casa.
En el fondo, Menéame es su terapia gratuita y está bien así.
*Por mínimamente decente entendemos alguien que respeta los DDHH. También hay gente decente en la derecha (no en la española).
Es cuando se llena de esa fauna peculiar de patriotas de pulsera y SMI: gente que durante la semana sobrevive gracias al salario mínimo que les subió el gobierno al que tanto odian, y que, como no les llega ni para bajar a tomar un vino cutre, descargan su bilis aquí. Esos mismos que, incapaces de asumir su propia miseria, prefieren verla reflejada en los inmigrantes, en los “rojos” o en cualquier otro que les sirva de espejo cómodo. Y así, entre tecla y tecla, suplantan el bar de barrio por el teclado, el chato de vino por la rabia digital, y convierten el domingo en su particular fiesta nacional del resentimiento.
Y yo me alegro de que rebuznen tranquilos: al menos, si se desahogan aquí, no lo hacen alcoholizados con sus mujeres cuando vuelven a casa.
En el fondo, Menéame es su terapia gratuita y está bien así.
*Por mínimamente decente entendemos alguien que respeta los DDHH. También hay gente decente en la derecha (no en la española).