#19 Jajaja se acaba de dar cuenta que él tiene 50, se ha ido al bar.
Un truco muy utilizado, ya lo he visto más veces... utilizar la variación de la variación (yo ya me entiendo).
Me he logueado solo para felicitarte por tu labor. Admiro tu paciencia y tu constancia denunciado este tipo de "desinformación numérica".
#4 Ya, pero, tal como está redactado, puedes entender que huyó antes o después de los disparos del pelotón de ejecución, por lo que resulta confuso.
Saludos
Ya sé que es lo de menos y que este es el típico comentario tiquismiquis, pero…
Sería mejor «líder de un equipo de voluntarios recolectores de cadáveres», porque si dices «recolectores de cadáveres voluntarios» significa que los voluntarios son los que han muerto.
Saludos
Lo que no comprendo bien es esta descripción: "A las quatro de la mañana salió atado para la Montaña del Príncipe Pío, donde al tiempo de arrodillarse con los demás para recibir la descarga, pudo desatarse, y quando hicieron esta, figurándose muerto antes de disparar, se echó a rodar por aquella cuesta hasta la hondonada"
Se hizo el muerto antes de disparar? Esperó a la descarga y no le dieron?
#1 Interpreto que pensó que de todos modos iba a morir y se arriesgó a que le dispararan en la fuga. Dice que le persiguieron "Fue perseguido por trece o catorce hombres hasta encontrar refugio en la Ermita de Nuestra Señora del Puerto (sic)".
Si hubiesen disparado sin darle, se hubiera hecho el muerto, esperando que no le dieran el tiro de gracia y escapado más tarde,
#1 Lo más bonito del tema es que se vea normal saltarse LA LEY y hacer las horas extraordinarias que hagan falta, aunque sean ABOGADOS.
#57 Tambien hay directivos que cobran sueldazos aunque hundan compañias y al final como premio reciben un superfiniquito.
Si tuviese una empresa haria lo posible para que esos sueldazos estuviesen condicionados a resultados y si dañan las empresa cobran lo minimo posible.
#54 Yo entiendo que se debe a una ingenieria social que hace que no merezcamos cobrar horas extras, o que tendremos un premios futuro incierto. Ademas, ponemos pocas hojas de reclamaciones y otras formas de queja.
En francia, son mas guerreros y recuerdo noticias de protestas en Alemanias en franquicias alemanas, porque en España a los trabajadoes españoles no les ponian condiciones adecuadas.
#109 Sería más exacto decir que contratan a directivos por un sueldazo y con unos contratos blindados que les terminan reventando en la cara. Supongo que habrá algún motivo para hacerlo así, porque no creo que los accionistas o dueños de las compañías estén encantados de pagar una millonada al tío que despiden por hundir la cuenta de resultados.
También te digo que lo de ligar los sueldazos a resultados, que en parte lo están en forma de bonus, acciones, etc... , también puede ser un problema ya que incentiva a conseguir resultados a corto plazo aunque a medio o largo puedan terminar hundiendo la compañía. Me vienen a la cabeza por ejemplo el tema de las hipotecas subprime, donde muchos se forraron con las comisiones o incentivos por resultados a base de conceder hipotecas a gente que sabían que no iban a poder pagarlas. Lo que sucedió después, es historia.
En cualquier caso, lo de los directivos es otro mundo. El artículo iba sobre abogados jóvenes, que por mucho que entren a un despacho importante con un sueldazo, no dejan de ser curritos.
Lo dicho... no ha dimitido, luego mi invent-igación era cierta.
#4 La gente bien informada sabemos la auténtica verdad. La Tierra no tiene ninguna forma, porque no existe. Vivimos en una realidad simulada creada por los aliens. De ahí tantos fallos logicos: todavía es la versión beta.
Mi opinión "seria" (y no esta: faker-profesional) es que va dirigida a su electorado potencial.
Hemos llegado a un punto en el que siempre es campaña electoral.
Yo apostaría a que Sánchez y su equipo han decidido usar un golpe de judo, es decir, aprovechar el impulso del rival para hacerle daño. Teniendo en cuenta que la denuncia contra su mujer tiene poca base, han optado por utilizar esa jugarreta para contrarrestarla mediante otra. Si te acosan mediáticamente, puedes hacer un plebiscito mediático presentando la cuestión bajo una pregunta de este tipo: ¿estáis con los acosadores o con el acosado? Es el estilo del equipo de Sánchez, osado y peligroso, pero que hasta ahora les ha salido bien. Solo baso mis conclusiones en lo que ha pasado hasta ahora, por lo que tampoco es una teoría demasiado sólida. Pero si tuviera que apostar, es la que veo con más probabilidad de ser cierta. La verdad no la podemos saber, solo analizar de forma racional las distintas hipótesis y asignarles una jerarquía de posibilidad.
#1 Gracias
Yo creo que lo mejor es optar por el humor. Y si a alguien le sirve de reflexión (cosa poco probable) pues mejor.
Saludos
#5 Este comentario sí es dadaísta
Me recuerda a Pérez-Reverte que creo recordar que era algo así como "la guerra es aburrirse esperando que algo malo pase".
Bien por Dawkins, una postura totalmente coherente.
#5 Muy buena la primera frase, me la apunto con tu permiso
#1 Tienes toda la razón, pero ante un resultado tan chistoso, seguro que puedes probar con otro prompt o simplemente incluir en la busqueda que la imagen esté libre de derechos... Vamos, lo que se hacía hasta hace nada.
Lo peor del tema es que ya no sorprende, molesta o influye lo más mínimo en los votantes. La corrupción está asumida y descontada. Mi percepción es que ya solo genera envidia: ojalá pudiera yo trincar también.
#16 Jeje, pues sí. Si estás traduciendo algo, es lógico que pongas una manzana en un arbol, pero cuando aparece un camello metiéndose por el ojo de una aguja, debería hacerte sospechar...
#20 De la misma manera viene la virgen Maria,
de una mala traducción en este caso del hebreo original. En hebreo "virgen" significa "niña muy joven", o sea que José fue a Belén con una "niña muy joven" para hacerla su mujer (y no con una virgen) lo que le quita el misticismo de "la paloma" ...
y la historia tiene mas sentido, ...y se parece a la realidad actual
#22 que José tuviera pinta de "follacabras" no quiere decir que Jesucrito tambén. Jesús es el hijo de Dios, hecho a nuestra imagen y semejanza, no a la imagen y semenjanza de un moro judío.
(si, he dicho hecho)
#28 no sé si te has tomado mi mensaje en serio...
Con hecho a nuestra imagen me refiero a eso, que en España hacemos un Jesús español y en Korea lo harán medio coreano.
#21 No soy entendido de estos temas, pero leyendo traducciones al español de textos árabes clásicos es frecuente el uso de "virgen" como sinónimo de "soltera". Por ejemplo en un mercado decir el vendedor "Compra mi mercancía, virgen"
Lógico si se supone que deben llegar vírgenes al matrimonio, que por entonces se casaban muy jóvenes.
#14 #18 #3 Parece que los de la costilla es otro error y se referia al hueso peneano o baculo. El ser humano es de los pocos mamiferos que no tiene hueso peneano, en cambio tanto hombre como mujeres tenemos las mismas costillas y no hay ninguna muestra de donacion.
https://es.wikipedia.org/wiki/B%C3%A1culo_(anatom%C3%ADa)
Tambien hay quien entiende "Sin pecado concedido" en lugar de "Sin pecado concebida".
#21 Creo que los ortodoxos, no creen en la inmaculada concepcion.
No se si en otros paises hay persona con nombres como Inmaculada o Concepcion, Creo que otros paises incluso poner Jesus a personas es un poco tabu.
Dios podria haber elegido mejor a quien cede su mensaje para que lo difunda. Porque ha resultado un telefono escacharrado.
#21 No lo veo claro. El Nuevo Testamento se escribió en griego koiné (común). Del hebreo tiene poco, porque cuando supuestamente nació Jesucristo era una lengua muerta desde tres o cuatro siglos antes. Quizá lo hablaba un pequeño grupo en Judá, pero el resto desde Siria a Egipto se entendían en arameo y griego, que era la lengua de los negocios, como el inglés ahora. Los únicos que entendían el hebreo eran los del estamento religioso hebreo, porque las sagradas escrituras están en este idioma y era necesario para el culto. (según los evangelios, Jesús era capaz de leer y hablar hebreo a los doce años sin haber estudiado, cosa que era motivo de asombro)
Puede parecer raro, pero recordemos que hasta 1966 la misa se celebró en latín, y la gente de la calle no lo usaba desde el siglo XI por lo menos. Tardé años en aclarar qué era eso del "sursuncorda" que oía a veces a los mayores.
Y como Jesús, nuestro fenómeno local fue Beatriz Galindo, "La Latina" que a los quince años hablaba y escribía en latín y griego y fue consejera de Isabel la Católica, aparte de dar nombre a un barrio madrileño.
#44 No tiene que ver.
Es como si me dices que cuando nació el capitan Kirk, el Klingon era una lengua real
Las historias de la biblia son mucho mas antiguas que la biblia
Tal como prometí al señor “drogadisto” tras la publicación de su artículo titulado cultura-megalitica-global#c-5
Decía el florentino que, según la experiencia adquirida de sus numerosas lecturas de los clásicos y en sus misiones diplomáticas, son solo dos cosas las que hacen que los hombres se subleven: la propiedad y el honor.Siempre que no se quite a la generalidad de los hombres su propiedad ni su honor, viven contentos y en paz.En otras palabras, no son la pobreza o la tiranía, por ejemplo, las causas de los levantamientos populares. Al fin y al cabo, como dijo Tolstoi, o eso creo recordar, un hombre aceptará sus condiciones de vida siempre que sus semejantes también lo hagan. En cambio, la plebe se muestra furiosa cuando siente que se le sustrae algo que considera propio o al sentirse humillada.Desde esta perspectiva, podríamos comprender como el movimiento del 15M consiguió conectar con los sentimientos populares. Por un lado, estaba claro que la crisis económica la iban a pagar las clases populares mientras los causantes incluso se beneficiarían. Era un robo, perpetrado contra las clases humildes. Por otro lado, el espectáculo dantesco que suponían los continuos casos de corrupción, la inacción de las élites ante la situación y la impunidad de los culpables, generaban una sensación de humillación. Los de arriba no solo robaban, sino que se mofaban de sus víctimas. La propiedad y el honor. Los indignados.Podemos supo capitalizar este descontento popular presentándose como el azote de los corruptos que robaban a manos llenas y que incluso se atrevían, como cierta política madrileña decía, a retarles a que formaran un partido. Así lo hicieron y la teoría de maquiavelo funcionó a la perfección: muchos querían una respuesta a las afrentas a la propiedad y el honor sufridas por las clases populares.Sin embargo, desde estas mismas coordenadas se puede analizar el declive del partido morado. Tanto por sus propias acciones como por el discurso propagado por sus rivales, se consiguió que la percepción fuese justamente la contraria. Ahora serían presentados como quienes realmente ponían en peligro la propiedad y el honor de las clases populares. Su giro hacia la defensa de políticas identitarias y de defensa de las minorías hizo que se comenzasen a percibir como una amenaza a la propiedad, mediante su caricaturización como paladines irreflexivos de la inmigración ilegal y de los okupas. La propiedad estaba en peligro, puesto que el discurso hegemónico consiguió transmitir que las clases populares corrían el peligro de ser sustituidas en sus precarios trabajos por sinpapeles o directamente expropiados por okupas.Por otro lado, ese discurso también los presentó como causa de humillaciones varias. Eran los que insultaban a los hombres solo por el hecho de serlo, eran los que insultaban a los obreros que no les votaban. Todo ello, sin olvidar el sempiterno nacionalismo centrífugo. Para muchos, la fragmentación de España sería tanto un robo como una humillación.Mucho se ha hablado de este ciclo político y de sus causas, pero siempre merece la pena analizar el presente a la luz de los clásicos. Como el propio Maquiavelo decía, las pasiones de los hombres siempre han sido las mismas, por lo que consideraba posible aprender para su presente de la historia de Roma. Aunque vivamos en un mundo tecnológicamente irreconocible para nuestros antepasados, puede que el italiano tuviese algo de razón y las pasiones que hacen movilizarse al pueblo sean tan universales como voluble su voluntad:El pueblo, caprichoso e inconstante, engañado muchas veces por una falsa apariencia de bienestar, desea su propia ruina [...] y entonces la república queda expuesta a infinitos daños y peligros.
La Agenda 2030 es el nuevo leitmotiv de la alt-right, o como queramos llamar a esa corriente política de la que forman parte los trumpistas y sus imitadores.La pandemia fue una época dorada para ellos, puesto que creó un terreno fértil para sus teorías, las cuales giraban en torno a un complot de los distintos poderes fácticos para imponer un nuevo orden mundial cuyas características serían bastante similares a las del estalinismo. El peligro, nuevamente, venía de la izquierda radical que, mediante un mecanismo nunca explicado, controlaba el poder entre bambalinas. Su objetivo, instaurar un gobierno mundial totalitario que recordaría al del famoso 1984: un estado todopoderoso que controlaría todas las facetas de la vida de los ciudadanos; un estado policial y altamente represivo, un nuevo comunismo, en suma. El coronavirus iba a servir como la excusa perfecta para implantar las medidas que llevarían al nuevo modelo, al mismo tiempo que servía de experimento social. Por eso su propaganda insistía con vehemencia en que nos obligarían a vacunarnos a todos y en que las restricciones al libre movimiento de las personas iban a quedarse para siempre. Se obligaría a las personas a llevar mascarilla para conseguir atomizar a la población mediante la incomunicación y por eso serían permanentes: la desestructuración social como paso previo al totalitarismo. La censura mediática, que se aplicaba contra los que defendían la verdad sobre el virus (que era cualquiera menos la oficial) también sería ya permanente, pues es bien sabido que el control de los medios de comunicación era condición indispensable para el nuevo régimen. Se aterrorizaba a la población para que aceptaran los cambios políticos. “Ahora irán a por los niños” decían en algunos de sus videos. En definitiva, el COVID-19 no era más que la parte visible de una conspiración mundial de sus enemigos políticos. Por eso era tan importante apoyar a estos patriotas que nos querían salvar del complot comunista.Por supuesto, ninguna de sus predicciones fue cierta. La salida a la pandemia fue exactamente la opuesta: la liberal, es decir, cada uno que haga lo que mejor le parezca. Las vacunas no fueron obligatorias y las restricciones al movimiento se fueron eliminando. Las medidas sanitarias fueron paulatinamente ignoradas por la población y las sanciones jamás llegaron. No ha habido ningún cambio en el sistema y todos los trumpistas siguen teniendo total libertad para continuar predicando sus sandeces. Por supuesto, no aprovechan esa oportunidad comunicativa para admitir que ocurrió exactamente lo contrario de lo que pronosticaban. Un buen profeta no se desanima por fallar sistemáticamente sus predicciones. Eso solo lo hacen los hombres faltos de fe.Ahora toca pontificar sobre la agenda 2030 que, en su clarividente perspicacia, es el nuevo horizonte que los “globalistas” (ahora llaman así al viejo fantasma comunista) tienen para implantar su sistema orwelliano. Otra vez los mismos argumentos, otra vez las mismas técnicas de propaganda y otra vez los mismos consumidores. Por supuesto, otra vez la misma solución: dadnos el poder a nosotros para que os podamos defender de la conspiración globalista.Nuevamente circulan videos advirtiéndonos de que quieren quitarnos nuestra libertad para implantar un nuevo estalinismo. Cualquier suceso va a ser interpretado desde esa perspectiva, pues todo forma parte de la misma conspiración. Como ejemplo, este video en el que se advierte de que van a implantar un sistema cada vez más parecido al chino: más control estatal, menos libertad; un estado policial de control total, el mismo que nos iban a implantar gracias al COVID.https://www.tiktok.com/@jjchagerbena/video/7207821069070159109El patrón se va a repetir. Tras cada profecía fallida, una nueva teoría cocinada con la misma receta: los globalistas quieren controlarte y son los causantes de las últimas noticias sucedidas, sean cuales sean éstas. La solución, la la habitual. Dadnos el poder para poder ayudaros. Los consumidores de este mensaje también siguen siendo los mismos, los que se creen bien informados por estar al tanto de la “verdad alternativa".El problema de fondo es por qué cala tan fácilmente esta propaganda. Esa es la cuestión interesante. En un contexto en el que es evidente que los problemas se acumulan, resulta tentador pensar que nos dirigimos hacia la implantación de algún tipo de distopía en un futuro cercano. Los predicadores de la derecha conspiracionista explotan esta sensación para presentar una distopía en la que nos dirigimos hacia un sistema dictatorial situado en sus antípodas ideológicas. De ese modo, si se admite su discurso, la consecuencia lógica es apoyar políticamente a aquella opción más beligerante contra esa posibilidad. Las teorías sobre la agenda 2030 son tan falsas como aquellas sobre el coronavirus, son fabricadas por el mismo agente político y van dirigidas al mismo público objetivo, que las va a consumir gustosamente.Hasta aquí, la parte fácil del análisis pero ¿cuál va a ser la solución a los distintos problemas que se acumulan? ¿Vamos hacia un cambio de sistema? No seré yo quien haga profecías para refutar a los profetas, pero apostaría fuerte a que las respuestas van a venir dentro del mismo paradigma en el que nos movemos, es decir, el liberal. En otras palabras, la respuesta a las distintas crisis -económica, ambiental, política- va a ser similar a la que los gobiernos occidentales dieron al Coronavirus. Se trasladará la responsabilidad al ciudadano y al mercado. Muy al contrario de lo que pronostican los seguidores de la alt-right, occidente no va hacia un totalitarismo de extrema izquierda en el que estemos sometidos a las directrices del Estado; más bien todo lo contrario. Europa se va a parecer cada vez más a EEUU, no a China. Excusándose en la defensa de la libertad nos van a dar cada vez más: libertad para que cada uno solucione sus problemas por su cuenta, libertad para que se adapte o sucumba, libertad para que se queje todo lo que quiera ya que nadie le va a escuchar, libertad para que difunda cuantas teorías de la conspiración desee, libertad para culpar al colectivo que seleccione, libertad para gestionar su miseria como mejor pueda.Mientras, a algunos se nos va a hacer bola tanta propaganda y desearemos que acabe la década para que, al menos, cambien el repertorio.
Existe un aparato diabólico que me hace perder la poca fe que tengo en la humanidad. Me ha llegado uno de los hits de VOX al móvil. Puede que tal vez no sea el último ni el peor, puesto que sus integrantes son conocidos por su alta productividad, al menos en este tipo de actividades. Como no tengo nada mejor que hacer, que ya es decir, voy a analizar someramente qué es lo que dice.https://twitter.com/MeerRocio/status/1633579603804471298?s=20
Mucho se está hablando del reciente asalto al parlamento brasileño perpetrado por los partidarios de Bolsonaro. Mi intención no es valorar el suceso, pues estoy seguro de que los expertos multifunción que copan los medios de comunicación ya ofertarán los más variopintos análisis, al gusto de cada consumidor. Lo que propongo es un juego, o más bien una apuesta: los antiguos defensores del bolsonarismo, epítome de esa nueva derecha que viene a salvarnos de las garras del globalismo, van a acabar afirmando que Bolsonaro jamás fue de los suyos e incluso, por qué no, que él y sus lunáticos seguidores eran realmente de izquierdas. ¿Los argumentos? Pues bien, si alguna ventaja nos ofrecen los interesantes tiempos que vivimos es que nos hemos librado del pesado yugo de tener que argumentar nada e incluso vivimos libres de las cargas de la molesta lógica. Ya pasó con Putin. El lider nacionalista, patriótico, tradicional, religioso y enemigo tanto de los globalistas como de los gays, pasó de la noche a la mañana de ser “un gran estadista” a “un comunista de toda la vida” (Marhuenda dixit). La mención especial se la llevó, sin embargo, Antonio Naranjo con su memorable "es que es muy fácil, a ver, Putin se llama como Lenin, se llama Vladímir". Al defenestrado Bolsonaro, salvo sorpresa, le va a pasar algo similar.En pocas palabras, seguirá el camino inverso a Nelson Mandela. Si mencionamos a este personaje, su imagen de pacifista, tolerante, dialogante, centrista y escrupuloso demócrata surge inmediatamente en nuestra mente, mostrando al personaje construído cuando quienes detentan el poder decidieron que era más rentable resignificarlo que acabar con él. De ese modo, un señor que estuvo considerado oficialmente un terrorista por EEUU hasta 2008, que cofundó un grupo guerrillero marxista, que se entrenó en tácticas de insurgencia en el extranjero para iniciar una revolución en su país y que en los ratos libre se hacía fotos con Fidel Castro, se convirtió en alguien aceptable por el sistema. En un señor de centro de los de toda la vida. Mandela aceptó este papel construído por sus antiguos enemigos, por pragmatismo. Como no habían podido doblegarlo, lo cooptaron. Al Bolsonaro le va a pasar lo contrario: se va a convertir en un líder populista, y ya se sabe que el populismo es únicamente de izquierda. En su caso, sin embargo, es indiferente que el afectado no esté de acuerdo: el fracaso se ha de pagar; la victoria tiene muchos padres pero la derrota es huérfana.
Este artículo va dedicado a todos aquellos defensores de las dictaduras que, al mismo tiempo, suelen declararse feroces enemigos de los terroristas. Paradójicamente, en su visión del mundo, la violencia ejercida por su sistema dictatorial preferido es justificada mediante las más variadas e imaginativas excusas, al mismo tiempo que cualquier conato de violencia de sus adversarios políticos, aunque sea simbólica, es tildada de terrorista.El viejo paradigma de la mandíbula de cristal y el puño de hierro lo aplican, de esta forma, a su visión interesada de qué es el terrorismo y qué es el legítimo monopolio estatal de la violencia.Si nos ceñimos a la definición de terrorismo, encontramos que es la “dominación por el terror”, “los actos violentos para infundir terror” o “la actuación de bandas organizadas que pretenden crear alarma social con fines políticos”. Con esta definición en mente, nos es fácil visualizar el arquetipo de terrorista que nos viene inmediatamente a la imaginación: el etarra o el yihadista que, mediante actos de violencia, infunde terror en la sociedad con el fin de chantajearla; si se quiere acabar con estos actos violentos, se han de cumplir unas exigencias políticas. Sin embargo, nos cuesta más asumir que el mismo paradigma suelen emplearlo otro tipo de organizaciones, como son los estados. En este caso, la violencia suele tomar la forma de ejecuciones y torturas en los casos más graves. El trato que ofrecen estas organizaciones (estatales) es exactamente el mismo: si se quiere evitar la violencia, se debe ceder políticamente. La obediencia al régimen es el acto político más básico.Por tanto, una dictadura que ejerza violencia con fines políticos se puede considerar terrorista. De hecho, encaja perfectamente en las definiciones citadas anteriormente. Mediante la violencia se consigue la sensación de terror o de alarma social, chantajeando a unas víctimas a las que se les exige obediencia a cambio de conservar su integridad física. Pero, llegados a este punto, cabe preguntarse si acaso dictadura y terrorismo no van siempre ligados pues ¿acaso ha existido alguna dictadura que no haya ejercido el terror como forma de control social? Podríamos realizar una lista lo más exhaustiva que queramos y encontraremos que, efectivamente, toda dictadura ejerce el terror como forma de control político.Algunos suelen argumentar que, cuando la violencia la ejercen individuos uniformados, no cabe utilizar el término terrorismo, pues se ha de reservar para organizaciones no estatales. La falacia lógica es tan evidente que cuesta explicar lo que no debiera necesitar explicación. Simplemente se categoriza un fenómeno con otra etiqueta cuando así nos conviene, de forma que al cambiarle el nombre a un hecho creemos que cambiamos su naturaleza. Recuerda al abogado de Pinochet cuando alegó que su defendido no era un genocida, puesto que el genocidio se ejerce sobre un grupo concreto y su dictadura había matado a gente de todo tipo. Cuando un argumento es tan repugnante, realmente cuesta rebatirlo, puesto que si al interlocutor hace falta explicarle su fallo, es que su ética es tan retorcida que procesa la información de forma totalmente anormal.Las dictaduras, por tanto, son por definición terroristas y, en consecuencia, defender a una dictadura debe categorizarse moralmente exactamente igual que defender a un grupo terrorista, pues su uso de la violencia es exactamente el mismo. Por supuesto, alguien argumentará que no todas las dictaduras son igual de represivas, a lo que se puede contestar que también encontramos la misma gradación entre los grupos terroristas, no siendo todos igual de dañinos, pero no dejando por ello de ser terroristas.Finalmente, también se suele argumentar en este punto que a las democracias también se las debe caracterizar como terroristas, pues también ejercen la violencia como forma de coacción. Se trata de otra confusión interesada, pues se equipara la violencia ejercida con fines terroristas con aquella legítimamente ejercida para defender la ley, la cual, en una democracia, ha de respetar los derechos humanos y, precisamente, prohibir la violencia estatal ejercida en forma de terrorismo. Si la Ley no hace respetar los derechos humanos, entonces no nos encontramos ante una democracia y, por tanto, se trata de una dictadura que efectivamente ejerce el terrorismo como forma de control social. Al igual que en el caso anterior, la etiqueta no cambia la naturaleza del objeto: si a una dictadura la llamamos democracia, sigue siendo una dictadura, o al menos se comporta como tal.Por supuesto, los defensores de las dictaduras encontrarán argumentos para defender sus regímenes favoritos y tildar de terroristas a las organizaciones que no les son afines o también a los regímenes de signo político contrario. La misma argumentación la blandirán contra sus adversarios considerándola correcta, pero la negarán respecto a su dictador predilecto. La cámara de tortura no es de tortura cuando tortura a mi enemigo político, el cual es torturable por enemigo. Terroristas son los demás.El terrorismo parte de un hecho político muy básico, que el miedo es un eficiente método de control político. “Hobbes y Maquiavelo, como bien señala Jose Antonio Marina en su Anatomía del miedo, coincidían en que el miedo es la emoción más potente y necesaria, la gran educadora de la humanidad. El propio Spinoza advertía que es terrible que el pueblo pierda el miedo”*. Los clásicos siempre han admitido que una autoridad dictatorial se basa, en última instancia, en el miedo del gobernado. A día de hoy parece que los distintos defensores de las dictaduras han olvidado a sus teóricos más ilustres y se pueden permitir calificar de terroristas a quienes defienden, exactamente, sus mismos métodos, permaneciendo ellos libres de tal etiqueta.En definitiva, el fan de su dictador favorito, cuando insulta tan locuazmente a los demás terroristas, tiene toda la razón. El único matiz es que él es el mismo tipo de persona y que todos esos improperios le son igualmente aplicables.-------------------------------------* José Carlos Ruiz, El arte de pensar.
Hace unos días apareció por estos lares una entrevista a Javier Ruiz titulada La desigualdad no es rentable ni para los ricos. Creo que esta es una idea tan común como equivocada. Veamos si puedo exponer con claridad mi punto de vista.El entrevistado afirma que “la desigualdad no es una preocupación ni de rojos ni de pobres. No tiene sentido que haya millones de personas que no pueden comprarse un libro. Para los panaderos es rentable que la gente pueda consumir. Y para los vendedores de pisos es rentable que los panaderos ganen dinero. Y para los vendedores de yates es bueno que les vaya bien a los vendedores de pisos. La desigualdad no es rentable ni para los ricos”.Este argumento tan manido puede reformularse de la siguiente forma: a las élites dirigentes de un país, en última instancia, les conviene que dicho país sea próspero, puesto que aunque sean unas élites tiránicas y lo consideren parte de su patrimonio, precisamente por ello pretenderán engrandecer su propiedad lo máximo posible. En realidad se trata de una vieja defensa de la dictadura, puesto que se suele argumentar que cualquier tirano, por malvado que sea, obrará en interés propio, y si considera al territorio gobernado como su propiedad, entonces sus intereses personales quedarán alineados con los del populacho, pues a ambos colectivos les conviene aumentar su riqueza. Hace algún tiempo escuché a uno de los tiktokers de moda enunciar algo semejante para defender a la monarquía. Como suele ser habitual, no cejan en su empeño de declararse liberales, especialmente cuando cargan contra “papá Estado'', los altos impuestos y ese malvado estado del bienestar socialista que nos impide hacernos ricos con las criptomonedas. Curiosamente, estos liberales suelen continuar defendiendo, a renglón seguido, la militarización de la política exterior, la monarquía, la iglesia y los valores sociales tradicionales, es decir, al trinomio iglesia-corona-ejército, los tres fusiladores tradicionales de liberales. Pues bien, su defensa de la existencia de un monarca, a quien reconocía como institución no democrática y ajena a la voluntad popular, era precisamente la mencionada: al fin y al cabo, al ser un cargo vitalicio y hereditario, nos aseguramos de que sus intereses sean los mismos que los del país, ya que si uno se enriquece, el otro también.Este tipo de argumento es de una simpleza y de una inocencia abrumadoras. La otra posibilidad es que quien lo enuncie realmente considere simple e inocente (por no decir idiota) al receptor del mensaje.En primer lugar, podemos poner sobre la mesa la siempre útil estrategia de seguir con el camino marcado por un razonamiento, para ver hasta dónde nos lleva. Si admitimos que un gobernante vitalicio, hereditario y autoritario es lo óptimo porque sus intereses económicos están alineados con los de los gobernados, entonces hemos de llegar a la conclusión de que la democracia es un sistema de gobierno indeseable. Lo óptimo, por tanto, es una dictadura lo más totalitaria posible, puesto que así los gobernantes están más seguros de perpetuar su poder y, en consecuencia, tienen más incentivos para mejorar un país que pueden considerar suyo. Creo que no es necesario continuar explayándonos más, pues está claro a qué tipo de paraje nos lleva este camino; un lugar que no parece precisamente demasiado liberal.En segundo lugar, podemos recurrir al empirismo. ¿Son las dictaduras más prósperas que las democracias? La respuesta es un rotundo no.Cabe preguntarse en qué falla este argumento. Parece ser que es necesario explicar cosas que deberían ser evidentes, pero parece ser que es una tarea social cada vez más necesaria. La prioridad de una élite tiránica no es la prosperidad de sus subordinados porque:
Nuestro vecino, IanCurtis, ha escrito recientemente un artículo titulado "Sin novedad en el frente", crónica del sinsentido" class="content-link" style="color: rgb(227, 86, 20)" data-toggle="popover" data-popover-type="link" data-popover-url="/tooltip/link/sin-novedad-frente-cronica-sinsentido">"Sin novedad en el frente", crónica del sinsentido.Como suele suceder, es un placer leer un texto tan bien escrito y repleto de lúcidas reflexiones. Sin embargo, al leerlo he estado tan en desacuerdo que he creído que más que un comentario se merecía otro artículo completo. A veces, las casualidades ocurren, pues vi 1917 la semana pasada y Sin novedad en el frente ayer, justo en unos días en los que planeaba escribir algo sobre lo incorrectamente que la izquierda suele juzgar la realidad. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Veamos.Si por algo se caracteriza una buena obra de arte -o algo que se merezca llamar arte, independientemente de su calidad- es que tiene la capacidad de ser interpretado de distintas formas según quien sea el espectador o, incluso, según el momento en el que se consuma ese producto cultural. Para mí, Sin novedad en el frente muestra una cuidada ambivalencia que fomenta ese proceso. Para IanCurtis, el momento estelar de la película es Cuando un soldado pierde a casi todos sus amigos y el único colega que le queda le dice torpe pero firmemente: "Sabes que no debes pensar así. Al menos tú estás vivo" y él le responde: "No me digas eso, tú no".Es una escena cuidadosamente ambigua, porque se puede interpretar como una profunda reflexión moral, pero también como la literalidad de un soldado raso que no muestra en ningún momento especial brillantez intelectual y que habla a un compañero herido que cree que se va a morir. Simplemente, este "no me digas eso, tú no", puede ser un mensaje literal de un pobre muchacho sobrepasado por las circunstancias: no debes desanimarte porque todavía sigues vivo. Puede ser una simple expresión de camaradería.El momento cumbre puede ser otro. El protagonista expresa su mayor temor: cómo será su futuro al volver a la vida civil. Lleva dos años destripando enemigos y enterrando amigos. Lleva dos años en el infierno y lo que le aterroriza es lo que le espera al llegar la paz.¿Qué tiene esto que ver en cómo la izquierda interpreta la realidad social? El artículo cita a Camus cuando afirma que "(...) fueron sus combatientes los primeros, y tal vez los únicos, en entender el sinsentido de este infierno". El artículo concluye con un “hoy, 100 años después, no hemos aprendido nada”. La visión que todavía se tiene de la Primera Guerra Mundial es precisamente esa, la de una guerra que derivó en una matanza que no tenía ni sentido ni justificación; que es evidente su inmoralidad y que, en consecuencia, la enseñanza es que no debemos repetir algo así; que quienes no son capaces de ver algo tan claro, deben estar completamente alienados o ser totalmente imbéciles.El problema es que esta visión está muy condicionada por la tradición humanista de la izquierda occidental, aquella heredera del pensamiento ilustrado de Rousseau que defendía la bondad inherente del ser humano, el cual se comporta mal cuando el sistema lo corrompe. Es un problema porque esta visión es idealista y no realista, es decir, nos dice qué es lo que debiera pasar, pero no puede explicar por qué eso no es lo que pasa. No puede explicar la existencia de la derecha radical.Lo que debería haber pasado después de que millones de europeos hubiesen sido llevados como corderos al matadero para agotar las municiones del enemigo con sus cuerpos es que se hubiese rechazado universalmente una conducta tan inmoral. Lo que debiera haber pasado es que las justificaciones que se esgrimían para llevar a la carne de cañón al frente -patria, honor, deber, religión, nación, imperio- se hubieran revelado como lo que realmente son: pura propaganda. En eso es en lo que tiene razón la izquierda, en lo que debería haber pasado. Sin embargo, la realidad es que eso no sucedió y por eso se exclama “no hemos aprendido nada”, lo cual apunta a las consabidas explicaciones de la izquierda sobre el hecho de que la mayor parte de la población volvería a caer en los mismos errores: o que tienen el cerebro lavado para comportarse como imbéciles o que realmente lo son.No es que los europeos no aprendieran nada del horror de la guerra, es que precisamente esa guerra explica la aparición del fascismo, una ideología que considera la guerra algo positivo por naturaleza. La izquierda sigue sin comprender qué podía ofrecer el fascismo a la Europa arrasada por la Primera Guerra Mundial. Precisamente, las palabras del protagonista de la película nos lo explican. En el frente, en el ejército, en el marco de un mundo militarizado, había encontrado a una segunda familia. Había descubierto la camaradería que existe entre quienes combates juntos. Ahora, esa nueva familia que es el ejército, lo repudiaba y lo vomitaba al mundo civil, un mundo que ya no era el suyo. El protagonista, de haber sobrevivido -perdón por el spoiler- es el arquetipo del hombre que ingresaba en una milicia politizada como fueron los Freikorps. Podría haber acabado siendo un nazi y volviendo gustosamente a luchar en la Segunda Guerra Mundial, defendiendo unos valores todavía más absurdos e inmorales que en la anterior.La camaradería no es un invento literario, sino un fenómeno psicológico ampliamente estudiado. Un grupo de hombres forja unas relaciones fraternas en base al hecho de que están dispuestos a sacrificar sus vidas por salvar las de sus compañeros. Acaban percibiendose a ellos mismos como verdaderos hermanos y al ejército como su verdadera familia.El fascismo, además, ofreció una salida a unos hombres que vivían en el caos y en la pobreza de la postguerra. Se encontraron con tres discursos políticos que daban respuesta a sus necesidades. El discurso del sistema ya establecido, simplemente les proponía esperar a que el mundo se reconstruyese y sus vidas fueran como antes. Pero es difícil esperar con el estómago vacío. El segundo discurso era el comunista, que se había tornado realidad con la Revolución Rusa y que les proponía una hermandad de clase que solventaría sus penurias mediante una guerra contra los burgueses explotadores. La tercera opción era nueva y se mostraba como alternativa a la anterior: el fascismo les proponía también una guerra, pero no entre clases, sino entre espíritus nacionales. Habían luchado por el Kaiser, pero no por el pueblo. El fascismo también ofrecía una nueva estructura social y también era revolucionario ante el viejo sistema (cuestión importante que se suele olvidar). La nueva sociedad se estructuraría como lo hacen los ejércitos. Ejército y nación se fundirían. Resultaba una organización con una efectividad demostrada; la habían experimentado personalmente. También experimentaban en tiempo real como la propuesta fascista de expoliar a otros pueblos era efectiva y realista, pues las reparaciones de guerra eran su realidad cotidiana. Si el pueblo alemán estaba siendo expoliado por los vencedores, la lección era que había que vencer y expoliar a otros pueblos. Presentaba una lógica pragmática incuestionable. Apelaba a la experiencia de la Gran Guerra como positiva y hacía recordar a aquellos hombres la camaradería experimentada. Todo el país se uniría en ese tipo de hermandad y serían una gran familia. Era un proyecto atractivo para los veteranos y apelaba a la guerra como una experiencia positiva.Es ahí donde percibo cómo la izquierda sigue sin poder comprender ese fenómeno. Cuando ven a lo bélico como una experiencia que sólo un loco o un idiota puede considerar positiva. Cuando no se comprende que la extrema derecha puede presentarse como tan revolucionaria como la extrema izquierda, o cómo las ideas de nación, honor y deber pueden seguir siendo atractivas; cómo cien años después de la guerra reflejada en esta película otros jóvenes parecidos al protagonista cavan trincheras en Ucrania.En definitiva, si se quiere combatir cualquier tipo de extremismo, ha de comprenderse su lógica interna. Para eso sirve, entre otras cosas, la tan denostada Historia. Si nos quedamos con la caracterización de la masa como un conjunto de idiotas que no aprender de su experiencia, seguiremos sin comprender por qué la realidad es como es y no como debería ser.
#6 Yo cuento 30