#5 Pues te propongo un experimento para que lo haga tu fisio.
Que duerma durante un mes boca abajo con el brazo derecho estirado por encima de la cabeza y también con la cabeza girada hacia ese brazo. Me juego los cuartos gracias a mi bola de cristal, a que su "cerebro" le provoca una contractura en los escalenos, el esplenio y el trapecio derecho.
#9 Hombre, claro; pero aunque vayas bastante a verles, te queda un regusto amargo al dejarlos la primera vez. Al menos a mi y a otros conocidos con los que he hablado del asunto.
#3 Si, es muy habitual.
Por si te sirve. Mi madre estaba ya muy machacada y tras un viacrucis que pa qué, pude llevarla a una residencia. La sensación que tuve, y es bastante común, es la de dejarla abandonada. Me sentía como el culo. Tampoco estaba ella especialmente contenta, pero tenerla en casa era ya inviable. A los tres meses le pregunté si estaba contenta, me contestó que era la mejor época de su vida, que no se preocupaba por nada porque se lo daban todo hecho, que todos los días había actividades diferentes, ejercicio físico adaptado, muchos juegos de memoria, cantar, bailar, excursiones y mucha relación social; joder, si hasta se enamoró.
Al volver a casa no te imaginas la llorera que nos entró a mi mujer y a mi por haberla visto tan feliz y tranquila.
En mi año de prácticas en el instituto, la dirección llamó a los padres de un alumno que cobraba una cantidad semanal (bastante curiosa por cierto) a los chavales mas faltos de carácter para que no les "molestaran" durante los recreos.
Contado el caso y la preocupación del centro por esta actitud, la madre nos dijo que el niño estaba haciendo lo correcto porque solo reproducía lo que le enseñaba su tío que era guardaespaldas del presidente del gobierno (y era cierto que lo era).
La directora respondió que si eso era normal, le empaquetaba al crío con lacito y todo y que se buscara otro instituto; y así fue.
Cuando salieron de la sala, la directora, la jefa de estudios y yo, nos quedamos mirándonos sin saber muy bien si reír o llorar.
Lo de los carguitos y sentirse dios omnipotente es algo que no llego a entender.
Pues a mi me ha entretenido. Historia aceptable y original, ambientación y efectos excelentes. No sé muy bien que espera la gente, aunque supongo que el raro soy yo.
#50 Pues si que los hay, y unos cuantos además. Al menos en Florida que es lo que conozco.
Además, y como curiosidad, las gallinas que tienen son bastante diferentes a lo que tenemos en nuestro imaginario y ponen huevos de colores variopintos.
#3 Las crónicas taurinas de Joaquín Vidal eran exactamente así. Excelente prosa trufada de mala baba, acidez y un puñado de conocimientos sobre el tema del que escribía.
Que duerma durante un mes boca abajo con el brazo derecho estirado por encima de la cabeza y también con la cabeza girada hacia ese brazo. Me juego los cuartos gracias a mi bola de cristal, a que su "cerebro" le provoca una contractura en los escalenos, el esplenio y el trapecio derecho.