La mejor manera de recordar una dictadura fascista nacionalcatólica es conservar sus campos de concentración y centros de tortura. Los mausoleos que construyeron para su mayor gloria es mejor destruirlos.
Aprovecho para decir que no son 50 años de monarquía. Franco declaró que España era un reino en 1947 y designó a juan Carlos como su sucesor a título de Rey en 1969.
Francia lidera actualmente el reconocimiento del derecho de las mujeres a interrumpir voluntariamente su embarazo. Se nota que es un país realmente laico en el que las religiones están separadas del estado.
Madrid lleva enfangada en las corrupción desde el tamayazo. Y parece que los madrileños se han acostumbrado a ello. Diría incluso que están encantados.
Es evidente que, también en la judicatura, hay fervorosos creyentes. Parece que no basta una ley que intenta evitar el acoso a las mujeres que quieren ejercer sus derechos.
Rezar antes las clínicas es acoso, aunque no lo hagan violentamente ( solo faltaría). Si de verdad creen en la eficacia de sus rezos, que lo hagan en sus casas o en sus templos. Su dios les oirá de todas formas.
En España, y gracias a los preconstitucionales acuerdos con la santa sede, la iglesia católica tiene el privilegio de imponer festivos religiosos a toda la población.
En la transición modélica de la dictadura fascista nacionalcatólica a la actual democracia plena, los jueces de la dictadura se quedaron todos en su poltronas. Desde entonces, han sido ellos los que han decidido quiénes accedían a la judicatura en todas las oposiciones realizadas. Así es cómo se perpetua una clase en el poder.