A la inmensa mayoría, no nos gustan los rusos ni las guerras, sólo queremos que por culpa de discursos como el tuyo la gente piense que seguir matando está justificado. Pareces un bot de una empresa armamentística, vete tú a Ucrania a pegar tiros y deja a la gente en paz.
También los salarios son más altos y los seguros muchas veces van incluidos; el problema es para quien no trabaja. En un entorno de casi pleno empleo histórico esto se ha podido mantener y en momentos de presión migratoria es cuando más se enorgullecen y defienden este modelo porque es un incentivo menos a la inmigración.
El problema real se verá si sufren algún período de desempleo estructural más largo que lo que ocurrió en 2008, es un país que depende totalmente del pleno empleo. Si, como todo apunta, se pueden perder muchos empleos a nivel mundial en el corto plazo, se verán cosas muy feas.
#1 Tendremos que esperar a que gobiernen los malos para que la gente mayoritariamente vuelva a decir estas cosas. Pero solo hasta que vuelvan a gobernar los güenos, cuando se les olvida otra vez y vuelta a empezar.
#26 Tampoco. Luc Besson ya era un director consolidadísimo tanto en Europa como en Holiwood. Además justo venía de hacer Léon The Professional que fue un éxito mundial y personalmente me encanta. El Quinto Elemento también me parece un peliculón, pero no es comparable a Matrix en este sentido.
La culpa es de los que ganaron chaleses en Torrevieja en el 1, 2, 3 y ahora los cabrones los dejan vacíos 11 meses al año. A mi gobierno dejadle en paz que los otros son peores.
Sin coñas marineras el sudapollismo no es más que una reinterpretación moderna de la virtud estoica de saber qué peleas en la vida merece la pena luchar y cuáles no. De la dicotomía del control. Es el estoicismo moderno que bebe de los griegos a los que no les quedaba otra que sudarles la polla con tanta mierda que rondaba en el s III aC. Zenon de Citio y sus colegas de botellón y simposio. La plegaria de la serenidad utilizada más tarde sale del estoicismo clásico y es una buena lección sudapollista: Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia.