#6 No hay ninguna evidencia de lo que afirmas. Fueron apresados pro la policía en un bar tras haber participado en la protesta por las pintas que llevaban. Nada más.
Todo el apoyo posible para estos chavales cuyo único delito fue manifestarse contra el fascismo, ofendiendo así al madero y al juez de turno que para nada son afines. Apolíticos totales, de derechas, como sus padres.
#11 Yo no he estudiado derecho. Simplemente soy empleado por cuenta ajena viejo que ha sufrido muchas perrerías de muchos empleadores. Algo que nos pasa a todos los que trabajamos por cuenta ajena.
Entiendo que si la empresa opta por tu opción, es decir, contratar en falso durante un tiempo breve y luego despedir, se arriesga a que el empleado reclame y el juez dicte despido nulo. Con el despido nulo el empleador está obligado a reincorporar al empleado (si este está de acuerdo también) o pagarle indemnización. Sería una situación similar.
Un despido debe estar justificado. Otra cosa es que la empresa genere sus tretas para justificar falta de rendimiento, por ejemplo.
Para este tipo de personas hace falta algo como la ley RICO pero a la española. Una justificación legal para aumentar las penas conforme se reincide. Incluso que una causa administrativa pueda convertirse en penal por el mismo motivo. Estafar, pese a que te pillen cada treinta o cien éxitos, no debe salir rentable, ya sea por multas y/o penas de prisión.
Siempre hay que pedir un precontrato por correo y firmado por alguien de RRHH antes de darte de baja de tu trabajo actual. Este documento debe reflejar el nombre del puesto y condiciones. Con el salario bruto anual basta. Esta persona ha tenido la suerte de que han aceptado las conversaciones de WhatsApp como prueba de un precontrato. Siempre hay que cubrirse las espaldas. Esto no es ni de lejos la primera vez que pasa.
Creo que 9 de cada diez españoles ha tenido o tiene un vecino horrible. Si tú no, probablemente eres tú el vecino horrible. Yo tuve a un señoro cincuentón, un prejubilado de oro exempleado de banca. De los que se visten como si tuvieran un barco. De los de la banderita de españa colgando del balcón. Con una foto del ejército en su perfil de WhatsApp. Suelen estar todos cortados por el mismo patrón: Racistas, muy españoles y mucho españoles. El calvo cabrón de las primeras cosas que me dijo es que me cortara el pelo, que lo tenía demasiado largo. Vendí la casa y me la compró un guiri que no entiende ni papa de español. Este vecino por supuesto no sabe una mierda de inglés. Pagaría por verlos discutir.
La falsa denunciante padece trastorno límite de la personalidad. Salvo el trastorno antisocial de la personalidad, antigua psicopatía, no existe trastorno de la personalidad más antisocial. Son personas con cambios de humor muy rápidos. Sufren ataques de ira con detonantes nimios. Muy baja autoestima. Muy poca seguridad en uno mismo y mucha impulsividad. Miedo al abandono (que ellos mismos acaban provocando). Autolesiones.
Estuve casado con una. Fue la peor decisión de mi vida. Tener que hablar con ella era como si me obligaran a hacer malabarismos con frascos de nitroglicerina. Nunca sabías por qué ni cuándo iba a explotar.
Con terapia y medicación de por vida, se puede llevar. El tema está en que hay que responsabilizarse ante uno mismo con la salud mental. Si tu médico te dice que dejes de fumar, debes dejarlo. Si te dice que tomes antidepresivos, antipsicóticos y estabilizadores del ánimo (litio), pues debes hacerlo también.
#2 Y te quedas corto. Un abusador no se rehabilita con profesores en un centro privado o con docentes autónomos a domicilio. Sé que suena drástico pero en estos casos el estado debería asumir la responsabilidad en la que fracasaron los padres. Unos padres pueden perder la custodia de su hijo si este es maltratado pero no si maltrata a otros. No le veo sentido. O el crío demuestra que puede rehabilitarse o que lo manden a un centro de menores. Llevamos décadas centrándonos en la víctima cuando hay casos graves de acoso escolar. No sirve de nada. Hay que centrarse en el acosador y en sus tutores legales.
Por fin estos sucesos empiezan a ser objetivo de los medios. El siguiente paso es entender la psicología del abusador. Suelen ser o bien abusados en su hogar o niños tirano consentidos hasta al hartazgo. Se organizan en manadas con un líder, el más violento con sus meros seguidores, secuaces. Los primeros suplen su rabia con los débiles, tal y como han aprendido de su padre o, menos frecuentemente, de su madre. Los segundos son narcisistas, psicópatas y sádicos. Estos últimos son los que acaban muertos o en prisión antes de llegar a los cuarenta tacos. O se meten en líos de drogas o zurran a su mujer o las dos cosas. Ya me hecho lo suficientemente viejo para haber visto el patrón repetirse demasiadas veces.
Al que dice "Son cosas de niños" le daría ostias de dos en dos hasta que saliera impar. Son los monstruos del futuro construidos por los monstruos del presente.
#11 Porque un enlace a un artículo donde se identifique a uno de los que citas y que sea comprobable que oculta un interés partidista mediante datos públicos no puedes aportarlo tú o no quieres. Es más fácil mandarme a Google.
#4 Vale, pues ponemos a legislar en el ministerio de vivienda a alguien formado en derecho y especializado en ley de vivienda. No te diremos en ningún momento que antes era directivo de un fondo buitre que compra viviendas por lotes para alquilarlas todas ¡Eh! Que nadie te ha mentido ¿No pasa nada no? Un juez es un juez. Qué más dará que sea diputado de PP cuando están hablando de la gestión en el gobierno Valenciano, también del PP. Si es que hay que ser muy malpensao como yo para ver gato encerrado.
#5 ¿Alguna evidencia de lo que dices? Porque esta noticia si lo evidencia al identificar a quien se hace pasar por lo que no es. Llámame cínico, malpensao lo que tu quieras pero sabiendo que La Sexta pertenece a Atresmedia, cuyo principal accionista es el grupo planeta, cuyo director es José Creuheras... Cuesta imaginárselo permitiendo eso. Digamos que es una persona cero sospechosa de ser izquierdas.
A mi lo que me jode es cuando se hacen pasar por personas decentes y equiparables al ciudadano promedio. Como cuando el lobo se disfraza de oveja y te pide que le votes para cuidar del rebaño.