“Lo horrible de los Dos Minutos de Odio no era el que cada uno tuviera que desempeñar allí un papel sino, al contrario, que era absolutamente imposible evitar la participación porque era uno arrastrado irremisiblemente. A los treinta segundos no hacía falta fingir..."
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Si hablamos de vivienda, el libre mercado va primero, porque vagos y paguiteros y las empresas no son caridad y buscan beneficio.
Si hablamos de Estado y sistema público es que los políticos son unos ladrones y corruptos y lo privado iría mejor, siendo que lo privado sólo busca su propio beneficio porque no son de la caridae, ya tu sabes.
Sus argumentos se contradicen entre sí a la mínima que extiendes un poco la conversación.