#7 Correcto, yo lo hice y encontré (más o menos) el rango de mis acúfenos. Tengo varios tonos simultáneamente, sin oscilaciones, entre los 10000 y 12000 Hz, y eventualmente se suma alguno justo por debajo de los 5000. Pude comprobar que sí conseguía alguna cancelación jugando con un generador de tonos gratuito que encontré en internet (FundamentalOrigins para iOS, ahora discontinuado y sustituido por otro de pago).
Pero el efecto no es permanente y hay días que los presets que tengo guardados no funcionan tan bien, por lo que supongo que se puede tratar de fatiga en la escucha, o que realmente sí hay una oscilación periódica en ciertas bandas que no "oigo" y que anulan el efecto.
También he probado con generadores de ruido blanco (digitales), pero no aprecio efecto de enmascaramiento.
Curioso, yo tengo el tinnitus "normal" (zumbidos continuos de alta frecuencia), y no conocía este tipo de alucinaciones. Entiendo que el problema en sí, por si hay algún melómano o músico por aquí, es que no es una evocación creativa generada y desarrollada más o menos conscientemente (algo que a mí me pasa, desde pequeño, despierto e incluso soñando).
Que el cerebro intente arreglar esas fallas en la audición con fantasmas sonoros persistentes me parece fascinante.
Consideremos esta anécdota aparecida en The Evening Post, un periódico de Nueva York, fechada el 11 de febrero de 1845:
Una pobre viuda entró llorando en una tienda de comestibles de Bleecker Street y un caballero le preguntó la causa de su angustia. Ella respondió que había una carta en la Oficina Postal de su hijo que había estado ausente once años, y que el franqueo era de veinticinco centavos, y todo el dinero que tenía en el mundo o que podía conseguir era de seis centavos, y la carta había estado allí algún tiempo y ella no tenía medios para sacarla. Muchas, muchísimas mujeres pobres se han visto obligadas a empeñar sus muebles o su ropa para pagar el franqueo de las cartas de sus amigos ausentes.
"Las máscaras Eharo (literalmente «cabeza para danza» o «máscara de danza») eran un tipo de máscara utilizada por el pueblo Elema del Golfo oriental de Papúa como parte del ciclo «hevehe» de rituales con máscaras. Estas se fabricaban con corteza de árbol, fibras vegetales y diversos pigmentos.
A diferencia de las grandes máscaras sagradas hevehe, las eharo, más pequeñas, servían para divertir al público y sólo se utilizaban dos veces durante el ciclo hevehe, que duraba de 7 a 20 años (al principio y al final). Algunas representaban espíritus específicos, mientras que otras eran simplemente arquetipos humorísticos de cuentos. Al no ser tan sagradas como otras máscaras, las mujeres del pueblo podían observar su construcción. Estas máscaras se quemaban aproximadamente un mes después de las ceremonias, lo que dificultaba la recuperación de muestras".
Este mordaz ataque al papa apareció en "L'Asino" (El Asno), la primera revista de sátira política tras el auge de la prensa de masas italiana en el siglo XIX. La revista fue fundada en 1892 por Gabriele Galantara (seudónimo de «Ratalanga») y Guido Podrecca («Goliardo») con una decidida tendencia antisistema. Su título y lema proceden de un dicho italiano según el cual «el burro es como el pueblo: útil, paciente y testarudo».
En 1901, L'Asino dirigió su mirada hacia la Iglesia, incluyendo en particular al papa Pío X, utilizando caricaturas «feroces y a menudo groseras» y «un llamativo arsenal de invectivas y calumnias».
La colección incluye dos ilustraciones muy similares publicadas con meses de diferencia en 1908 que retratan al papa con los brazos rodeando el globo terráqueo. El número 2601 se publicó el 5 de enero, el primer número del año. Muestra a un burro sobre el globo terráqueo distribuyendo ejemplares de la revista por todo el mundo mientras un papa enfadado y frustrado observa. La ilustración lleva por leyenda «El programa de L'Asino», (digital.library.cornell.edu/catalog/ss:31854835) y debajo la seguridad de que «En el nuevo año, L'Asino seguirá difundiendo la verdad por todo el mundo a pesar de las mentiras papales de la Iglesia romana».
La ilustración “Il Papato in America” (El papado en América) se publicó el 19 de mayo. Muestra a un papa sonriente con las manos alrededor del globo terráqueo a punto de rodear a un adormilado Tío Sam, que está rodeado de bolsas de dinero. El pie de foto explica: «Ya que los europeos han abierto los ojos, vamos a Estados Unidos, donde encontraremos gente durmiendo y mucho dinero». Un paréntesis añade: «de la Encíclica aún no publicada», una referencia a un importante cambio en la relación de Roma con Estados Unidos que, de hecho, se anunció poco después. Durante el siglo XIX, la Iglesia estadounidense tenía un «estatus misionero», apoyado económicamente y bajo la… » ver todo el comentario
#8 Algunas patrullas llevan unas luces azules que me son particularmente molestas. Es como estar dentro de una escena de Star Wars, persisten en la retina demasiado tiempo y parecen "fuera de rango", no sé cómo explicarlo
"En el nuevo estudio, científicos de la Universidad del Sur de California (USC) utilizaron una herramienta de imagen fascinante para observar qué sucede en su interior. La técnica se denomina tomografía de coherencia óptica (OCT) y consiste en crear una imagen tridimensional del tejido mediante ondas de luz. Actualmente se utiliza para escanear la retina y diagnosticar afecciones como el glaucoma, pero el equipo la adaptó para su uso en el oído.
“La OCT nos permite observar el interior del canal auditivo, a través del tímpano y el hueso, hasta la cóclea, y medir su funcionamiento de forma no invasiva y sin dolor”, afirmó John Oghalai, autor principal del estudio. “Lo emocionante de esto es que nos permite estudiar cómo el cerebro controla la cóclea en tiempo real”.
Los investigadores modificaron genéticamente ratones para que tuvieran problemas de audición, desactivando algunos de los nervios que transmiten señales desde los oídos hasta el cerebro. Posteriormente, utilizaron la OCT para monitorizar la actividad de la cóclea y descubrieron que trabajaba más de lo habitual. “A medida que los humanos envejecemos y nuestras células ciliadas mueren, empezamos a perder audición”, afirmó Oghalai. “Estos hallazgos sugieren que el cerebro puede enviar señales a las células ciliadas restantes, básicamente diciéndoles que suban el volumen”.
Aunque este mecanismo podría ser útil para compensar la pérdida auditiva, el equipo sugiere que podría tener efectos secundarios indeseados: en concreto, podría contribuir a afecciones como el tinnitus. El cerebro, al aumentar el volumen de la cóclea, podría producir ese molesto zumbido asociado al tinnitus, como el siseo que se escucha al subir demasiado el volumen de un altavoz sin que se reproduzca nada.
Como aspecto positivo, el equipo ahora planea probar fármacos que podrían bloquear estas fibras nerviosas retrógradas como posible tratamiento para el tinnitus y afecciones relacionadas como la hiperacusia, en la que los sonidos cotidianos resultan incómodamente fuertes".
Como afectado de tinnitus (y casi resignado a vivir con ellos) no puedo más que celebrar cualquier avance en su tratamiento.
Como documento, fantástico. Aunque no termina de gustarme, y me chirría, el uso y abuso de sonidos extemporáneos y el procesado digital de la imagen en este tipo de vídeos. Aún le queda mucho a la IA para hacer de manera autónoma y consistente un trabajo de coloreado y etalonaje eficaz.