#1 Jurídicamente tiene su miga. Cuento una anécdota real: cuando trabajaba para el departamento jurídico de un banco recibimos una queja muy particular. Resulta que el cliente había hecho un pago en un local de cariñosas; se entiende cuál fue el servicio prestado. El tema es que le llegó el extracto de movimientos por correo postal, su mujer lo vio y le pidió el divorcio.
Aquí viene el giro: nos reclamaba a nosotros, es decir, el banco, indemnización por el coste del divorcio y por daños morales. Lo que sucedía era que él en ningún momento nos había autorizado a enviarle por correo postal los extractos bancarios.
Así que había una confluencia de culpas: suya (nadie le obligó a irse de putas), del banco (por enviarle la información por un medio que no solicitó) y también de su mujer (porque abrió una carta que no iba dirigida a ella).
No sé cómo terminó el asunto porque dimití antes de que se cerrase el caso, pero fue bastante curioso. No sé si contactar con algún ex-compañero a ver si lo recuerda para preguntarle qué tal.
Aquí viene el giro: nos reclamaba a nosotros, es decir, el banco, indemnización por el coste del divorcio y por daños morales. Lo que sucedía era que él en ningún momento nos había autorizado a enviarle por correo postal los extractos bancarios.
Así que había una confluencia de culpas: suya (nadie le obligó a irse de putas), del banco (por enviarle la información por un medio que no solicitó) y también de su mujer (porque abrió una carta que no iba dirigida a ella).
No sé cómo terminó el asunto porque dimití antes de que se cerrase el caso, pero fue bastante curioso. No sé si contactar con algún ex-compañero a ver si lo recuerda para preguntarle qué tal.
cc #0