A Occidente lo está matando el capitalismo liberal. Y para muestra, un botón.
Tanta codicia desencadenada está convirtiendo, hasta lo más nimio, en un infierno para la gente de a pie.
Que los obispos alaben tanto y utilicen como ejemplo a seguir la democracia es un síntoma de la podredumbre que pulula por la jerarquía eclesiástica.
El humillo que se coló en su día por las rendijas del Vaticano está corrompiendo por todas partes a buena parte del clero.
Es un gran economista. Más allá de gustos políticos, hizo muy bien trabajo en Madrid y es una persona honesta. De esos que Anguita decía que habría que votar aunque fuesen contrarios a nuestra ideología.
Tanta codicia desencadenada está convirtiendo, hasta lo más nimio, en un infierno para la gente de a pie.