Una de las curiosidades es que el tranvía a Algorta convivió con el ferrocarril Bilbao-Plentzia. Durante décadas mantuvieron una feroz competencia. «En muchos puntos discurrían en paralelo y los maquinistas de ambos transportes podían mantener discusiones e insultarse, cara a cara, de lo cerca que estaban». Pero, lógicamente, no había mercado para ambos proyectos, así que, en 1948, el tranvía se transformó en un trolebus (un bus eléctrico que aprovechaba la catenaria) y los raíles cayeron en desuso. El trolebús aguantó hasta 1965. Finalmente, el tren (en 1995 se transformaría en el moderno metro de Norman Foster)ganó la partida.
Vengo por toda la vía
Con la falda remangada
Insultando al del tranvía...