#1 Es un museo estupendo y es muy recomendable visitarlo. Mucha gente va a Madrid de turismo y lo pasa por alto porque digamos que es un museo menor, pero a quien le guste la historia, el arte, e incluso la decoración y el diseño, le va a encantar.
En los 70 los coches de gama media grandes eran por ejemplo el Seat 131 o el Renault 12. Yo los recordaba como berlinas familiares, de tamaño considerable. Hasta que ves uno de los pocos que quedan y ahora parecen ridículamente pequeños. Hasta un Ibiza o un Dacia son más voluminosos.
Recomiendo la visita al Centro de Interpretación del Paludismo, en Losar de la Vera (Cáceres). Es una pequeña casa en mitad de la dehesa que sirvió de centro de investigación y donde se explica la mortandad tan bestia que había por esta enfermedad y cómo se llegó a erradicarla. Es un museo modesto pero interesante, y está en un lugar maravilloso.
Por cierto, ahí me enteré de que se sospecha que Carlos V murió de Paludismo precisamente por estar en Yuste, donde había una incidencia importante de la enfermedad.
#5 De la soberbia que produce ser un ignorante gilipollas como el del vídeo. No tiene ni idea de lo que hizo Franco y dice que fue "cool". Valente subnormal.
Leí este libro hace poco, este fragmento es una muestra de lo bien escrito que está. Cuando uno lee a escritores como Sábato se percibe con más intensidad lo lejos que están de la "literatura de aeropuerto" que se lee en masa.
Por cierto, para más depresión existencialista, recomiendo "El astillero" de Onetti.
#0 Se puede decir lo mismo de Alemania. En los 80 y 90 era un modelo de lugar impecable, con sus excepciones, claro, y ahora encuentras zonas que parecen el Bronx. La estación central de Frankfurt y sus alrededores dan canguelo.
Todos hacemos idioteces en mayor o menor medida.
Llevar cresta roja, ponerse una cadena desde la oreja a la nariz, ponerse un fachaleco, teñirse el pelo de rubio canario, o llevar camiseta de rejilla, todas son modas más o menos aceptadas, pero tienen de bueno que puedes deshacerte de ellas casi al momento.
El problema de los tatuajes es que es complicado hacerlos desaparecer cuando ya no quieres verlos más.
P.D.- Conozco a uno con poca sesera que se tatuó en el pecho (lo juro por mis niños): Ana María Gutiérrez Rocafort, I Love you forever. Se separaron a los pocos meses, y no sé qué habrá hecho este buen hombre para tapar el asunto.