Cuando los pepinos se puedan dirigir a los barquitos de papel de aluminio, veremos en qué queda la cosa, a ver si se van a convertir en submarinos.
Toda la proyección de los ejercitos volverá a tierra y ya no será un paseo arrasar países desde la costa.
Porque vamos a gastarnos una billonada en mamotretos de acero y petardos para que nuestros putos amos se midan su colita p
Y eso, amigos, no genera nada útil y productivo p