#15 Efectivamente como el verso de Gil de Biedma "Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde". Cuando uno es joven se cree inmortal, la muerte es algo que solo les pasa a otros o en las películas. Por eso los que hacen balconing tienen 20 años y no 40.
Para una vez que ganamos salimos perdiendo. Con la entrada de los franceses entraba también la separación entre iglesia y estado. Y entre José
Bonaparte y Fernando VII, hubiera sido mejor el corso. Mientras el populacho gritaba Vivan las caenas y denominando al borbón el deseado
#32 Si abdica el trono pasa a Leonor que es la siguiente en la línea de sucesión. Ni la monarquía ni la casa real pertenece a los reyes, su funcionamiento lo dicta la Constitución.
La verdad es que eran unas películas infames que ahora los modernos quieren encumbrar, Lo que no entiendo es a lo qué se refiere con lo de soterrar, tenían un éxito enorme. Pero Eloy de la Iglesia pretendía ser el Pasolini español y desde luego ninguna de sus películas llega de lejos a ser algo de la categoría de Accatone o Mamma Roma.
Desgraciadamente el genocidio armenio se recuerda principalmente porque Hitler lo usó como ejemplo para el genocidio judío. ¿Alguien se acuerda hoy del genocidio armenio? parece que dijo.
#29 Hay un viejo dicho en el mundo del cine que solía soltar Pumares: Con un buen guion puedes hacer una buena o mala película. Con un mal guion solo una mala película.
#33 Yo creo que eso es un mal común a todas las capitales españolas, porque ninguna ha tenido un urbanismo coherente, salvo Barcelona, probablemente. Pero ya quisiera Madrid tener el casco histórico de Zamora, Ávila, o Palencia
#31 Es que creo que Zamora es actualmente la capital de provincia con el metro cuadrado más barato de toda España. Y lo bonita que es, que también ayuda.
#11 Es que yo creo que incluso pillándote una noche de hotel para esos días te sale más a cuenta que vivir en Madrid. No quiero pensar mal, pero cada vez abren mas hoteles en Madrid, ¿Será que prefieren los visitantes a los ciudadanos? No sé, no sé...