Antes parecía que las humanidades eran un lujo que solo se podía permitir la gente rica y ahora que parecía que las habíamos democratizado, las atacan por no ser útiles. No nos damos cuenta de lo revolucionario que es que todo el mundo tenga acceso a lo que durante mucho tiempo ha estado en manos de los grupos más privilegiados de la sociedad.
Ahora ya ni los ricos aspiran al conocimiento y la cultura