Deslegitimar las previsiones sobre el tremendo problema que tenemos con las pensiones porque algunas de las previsiones han fallado y aún no ha pasado nada importante es como deslegitimar las previsiones sobre el cambio climático por el mismo motivo. Cualquiera que se quite las gafas partidistas y tenga una mínima noción de cómo funcionan las pensiones, de cómo funciona la demografía y unos mínimos conceptos matemáticos se da cuenta de que vamos de cabeza al desastre (igual que pasa con el cambio climático). Probablemente pensiones siempre habrá, pero tarde o temprano, sí o sí, habrá que recortarlas de manera importante si queremos seguir conservando el estado de bienestar. De hecho, a día de hoy las pensiones se mantienen a base de ir haciéndole recortes al resto de servicios públicos, con la seguridad social quebrada y manteniéndose gracias a transferencias de lo recaudado por impuestos, que en teoría debería ir a servicios públicos.