"Durante las cinco semanas que pasé en Gaza, no vi ni traté a ningún combatiente. Mis pacientes eran niños de seis años con metralla en el corazón y balas en el cerebro, mujeres embarazadas con la pelvis destrozada y el feto partido en dos en el útero". Ante las autoridades del Consejo de Seguridad, entre las que hay representantes israelíes, el médico enfatizó que "prevenir el genocidio significa negarse a normalizar estas atrocidades; significa negarse a deshumanizar a los palestinos". Como ejemplo, contó lo que vivió el 18 de marzo, cuando..
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