Un descenso generalizado que afecta por igual a países ricos y pobres, a economías en crecimiento y en recesión, a sociedades laicas y a otras profundamente religiosas. Además, esta caída avanza más rápido de lo que se preveía hace apenas una década. Las generaciones que están en edad de tener hijos se enfrentan actualmente a unos salarios precarios, a la dificultad para acceder a una vivienda y a una cesta de la compra cada vez más cara. Podrían mitigar el problema, pero no revertirlo de forma inmediata.
|
etiquetas: natalidad , descenso , mundial