La dirección de la BBC se encuentra en el punto de mira por su cobertura de los sucesos en la Franja de Gaza y de las protestas antisionistas dentro del Reino Unido. En un contexto en el que la colaboración entre el Gobierno británico y el Estado de Israel se estrecha, y en el que aumenta la represión hacia los colectivos propalestinos, la parcialidad y los sesgos informativos de la cadena, señalados por varias investigaciones y por su propia plantilla, suponen un ejercicio de manipulación informativa útil para la limpieza étnica.