Cuenta Ovidio que Júpiter, cansado del néctar y la ambrosía del Olimpo y también un poco harto de escuchar a todas horas la lira de Orfeo, decidió darse un paseo por la Tierra. Tomó la apariencia de un pobre vagabundo y empezó a pedir asilo y comida en las casas que fue encontrando, pero nadie le atendió. Por fin llegó a una humilde choza, la más pobre de las que había encontrado. Era de un matrimonio de edad avanzada. El matrimonio no sólo le dio cobijo al dios, que no sabían …