Los científicos han descubierto un fósil de larva de artrópodo de 520 millones de años con tejido blando notablemente conservado, incluido un cerebro, glándulas digestivas, un sistema circulatorio y rastros nerviosos. Utilizando tomografía de rayos X de sincrotrón, el equipo creó imágenes en 3D que revelaron un nivel inesperado de complejidad en los primeros artrópodos, cambiando las visiones de su evolución. El espécimen, dijeron, representa una de las miradas más detalladas a la vida animal temprana jamás registrada.
|
etiquetas: fósil , larva , tejidos blandos , universidad de durham