
La fe, señor, ya que sale el tema, no me la creo ni a medias.
"Se pierde credibilidad cuando se pierde la objetividad."
(Algo habitual por aquí.)
Seguro que lo ha dicho alguien antes, pero no sé quien.
En Soto del Real ha habido 88 políticos presos. De ellos, 87 del PP y 1 del PSOE.
Gabriel Rufián
Cuenta Ovidio que Júpiter, cansado del néctar y la ambrosía del Olimpo y también un poco harto de escuchar a todas horas la lira de Orfeo, decidió darse un paseo por la Tierra.
Tomó la apariencia de un pobre vagabundo y empezó a pedir asilo y comida en las casas que fue encontrando, pero nadie le atendió.
Por fin llegó a una humilde choza, la más pobre de las que había encontrado.
Era de un matrimonio de edad avanzada. El matrimonio no sólo le dio cobijo al dios, que no sabían que era un dios, sino que pusieron ante él todo cuanto tenían: aceitunas, unos rábanos, una col……
Entonces les contó que él era Júpiter y que como agradecimiento les concedería todo cuanto quisieran.
La petición de la pareja fue esta: "No consientas que ninguno de los dos quede solo ni un día: concédenos morir juntos".
…Y pasó el tiempo, y un buen día la pareja, ya muy viejecita, estaba recordando la felicidad de su vida, el amor que siempre se tuvieron, cada uno se dio cuenta de que el otro se iba llenando de hojas; después una corteza los cubrió.
Apenas tuvo tiempo él de decirle: "Adiós, querida compañera, y gracias por tu amor…" porque nada más salir estas palabras de sus labios los dos se transformaron en árboles, pero ya estaban juntos para la eternidad, porque el roble y el tilo tenían un solo tronco.
Ovidio, Las metamorfosis (Libro VIII)
Un reputado guía espiritual que se caracterizaba porque siempre vestía un manto de oro y brillantes, acababa de ofrecer una maravillosa conferencia en una pequeña población.
Al acabar la misma, la familia más rica y presumida de la ciudad le invitó a cenar en su casa con ellos y con las personalidades más acaudaladas de la zona.
El guía, harto de tener que ir de etiqueta a todos lados, decidió dejar el manto en casa e ir con una ropa normal: un viejo abrigo y un gorro para protegerse del frío.
Así vestido llegó a la casa de la rica familia y tocó el timbre, pero su anfitrión, al abrir la puerta y observar a un hombre con un viejo abrigo y un gorro, no le reconoció y le dijo:
-Por favor, buen hombre, váyase de aquí, no es momento de pedir limosnas, pues mis amigos y yo estamos esperando a un famoso invitado y no queremos que usted nos moleste con su presencia -y diciendo estas palabras le cerró la puerta.
El maestro se volvió de nuevo a casa y allí se quitó el viejo abrigo y el gorro, y en su lugar se puso el manto de oro y brillantes.
Así vestido volvió de nuevo a hacer el mismo camino y llamó otra vez a la puerta.
En esta ocasión, el anfitrión abrió la puerta y al reconocerlo le dio un gran apretón de manos y le invitó amablemente a entrar.
-Es un placer tenerle aquí esta noche, bienvenido a mi pequeño palacio. Como ya le dije, he invitado a lo más alto de la sociedad, será una cena perfecta.
El invitado se acercó a una gran mesa repleta de manjares donde ya le esperaban todos para comenzar la cena.
-¿Cuál es mi asiento? -preguntó el maestro al anfitrión.
-Aquí, aquí, siéntese aquí, este es su lugar, justo a mi lado.
En ese momento, el maestro se quitó lentamente el manto, lo dejó sobre la silla y sin sentarse dijo lo siguiente:
-Ya pueden ustedes comenzar a cenar -y se dirigió a la salida.
El anfitrión, confuso, lo siguió rápidamente y fue tras él hasta el umbral de la puerta.
-Pero, ¿qué ocurre? ¿Por qué se va tan rápido?
-Bueno, hace un rato vine, llamé a la puerta y usted me echó de su casa; en cambio, ahora me ha dejado entrar. Es de suponer que a quien usted ha invitado es al manto, por eso lo dejo ahí, vendré a recogerlo en unas dos horas.
Y con esas palabras se marchó.
Visto en: www.youtube.com/watch?v=cfvB5X09C9A
“Después de que pícaros y tontos han sellado su amistad, no hay cosa tan peligrosa como tenerlos de enemigos.”
Lord Chesterfield
¡Oh sancta simplicitas!
¡En qué extraña simplificación y falsificación vive la humanidad!
¡Uno nunca puede dejar de maravillarse una vez que ha adquirido ojos para esta maravilla!
¡Cómo hemos hecho todo lo que nos rodea brillante y libre y fácil y sencillo!
¡Cómo hemos sabido otorgar a nuestros sentidos un pasaporte para todo lo superficial, a nuestros pensamientos un deseo divino para el juego desenfrenado y las falsas conclusiones!
¡Cómo hemos comprendido desde el principio cómo conservar nuestra ignorancia para gozar de una libertad casi inconcebible, de frivolidad, de impetuosidad, de valentía, de alegría de vivir, para gozar de la vida!
Friedrich Nietzsche
"Basta con que la parte visible esté impecable para que se tenga una opinión favorable de la que no se ve."
Junichiro Tanizaki - El elogio de la sombra
En la ciudad los árboles son las víctimas propiciatorias en los nuevos trazados urbanos. En un equilibrio de fuerzas, el árbol se encuentra manifiestamente en condiciones de inferioridad ante los trabajos urbanos que se realizan en las ciudades, siendo éste el único ser con vida propia relativamente débil, molesto y entorpecedor, fácil de eliminar. En una noche se puede arrancar, talar y derribar una avenida que ha tardado años en desarrollarse.
El crecimiento del tráfico y las exigencias de la circulación han tenido y tienen siempre exigencias arboricidas, se han reducido acerados donde se han reubicado nuevos árboles que aparecen tímidos, como asustados, con sus ramajes empobrecidos, encorsetadas sus raíces en fundas de cemento.
El árbol ya no es el ser vivo para oxigenar, dar sombra y aportar vida, su misión se convierte en decorativa, en la nueva avenida ha dejado de ser el principal protagonista, que ahora es el asfalto y el automóvil. El árbol conservado vivo artificialmente soporta la polución y los embates de la circulación, en otros casos se precinde de ellos.
La compactación, los escapes de gas, accidentes, vandalismo, causan bajas en el patrimonio arbóreo de forma periódica que hay que renovar.
Un inventario del patrimonio arbóreo nos acusa la necesidad de renovación de arboledas en la ciudad. Los árboles no son eternos y menos en las condiciones que les obligamos a desarrollarse
Una planificada reposición es necesaria, con información al ciudadano de los procesos a seguir.
Subjetivamente, el árbol se convierte en un elemento psicológico que contribuye a mejorar la calidad ambiental de la ciudad.
(José Elías Bonells. Diplomado en la Escuela de Jardinería Nicolau Mª Rubio Tudurí de Barcelona.)
"El mundo es un conjunto de ojos, oídos y bocas que se cierran para lo bueno y se abren para lo malo gustosísimas".
menéame