El pensamiento filosófico, si alguna vez tuvo algo de inútil, fue precisamente por su condición de imprescindible. Y si alguna vez fue sublime, fue porque no sirvió para absolutamente nada. En una época en la que las ideas se consumen como si fueran stories de Instagram —quince segundos, pasar al siguiente—, preguntarse por la esencia de las cosas es una forma tan bella como suicida de resistencia.
|
etiquetas: filosofía , pensamiento filosófico , filósofos , historia