Al mes del alzamiento militar, el museo cerró las puertas y ordenó amontonar las obras en las salas inferiores, más seguras en caso de bombardeo. Finalmente, este se produjo en la noche del 16 de noviembre de 1936, y dos semanas después miles de pinturas habían salido rumbo a Valencia. Entre el 1 de junio y el 31 de agosto de 1939, Ginebra albergó una de las citas culturales más importantes de Europa. Durante las trece semanas de aquel trascendental verano que acabaría marcando el devenir del siglo XX,
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