Berenice Abbott sabía que solo tenía una oportunidad. La fotografía que planeaba tomar requería una exposición de 15 minutos, y esta era la única noche del año en que el cielo permanecería oscuro el tiempo suficiente antes de que los empleados de la ciudad apagaran las luces y se fueran a casa. Titulada "Vista Nocturna, Nueva York", esta impresión en gelatina de plata, tomada en 1932, formó parte de un proyecto de la fotógrafa para documentar la rápida modernización de la ciudad.
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