En primer lugar conviene hacer una diferenciación básica entre Servicios Nacionales de Salud (modelo Beveridge) y Sistemas de Seguros Sociales (modelo Bismark). Los primeros están controlados directamente por el gobierno y los segundos se organizan en torno a una especie de mutuas (no gubernamentales) de carácter obligatorio. La financiación sigue esta misma pauta: en los Servicios Nacionales los recursos salen de los propios presupuestos estatales y en los Sistemas de Seguros Sociales se basan en cuotas pagadas por empresarios y trabajadores