Hace 3 años | Por pinaveta a galiciaconfidencial.com
Publicado hace 3 años por pinaveta a galiciaconfidencial.com

Nuevos datos indican que las explotaciones ganaderas de Galicia, Asturias y Cantabria tienen menor huella de carbono.

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Puxa Asturies!

pinaveta

La ganadería industrial es una importante fuente de emisiones de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, tiene influencia en el cambio climático. Según datos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), el sector agrario emite tres de los principales gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), siendo la ganadería la principal fuente emisora de los dos últimos.
El conjunto de la actividad ganadera representó en 2018 el 8,9% del total de los gases de efecto invernadero. Pero no todas las granjas contaminan igual. Según un nuevo estudio científico realizado en España, las del norte producen en conjunto menos gases que las de las áreas mediterránea y central.

Los resultados están firmados por investigadores del Instituto de Biociencias y Biotecnología de la Universidad Nacional de Seúl (Corea del Sur), Instituto Nacional de Investigaciones Agronómicas de Túnez y del Servicio de Nutrición y Bienestar Animal de la Universitat Autònoma de Barcelona, que cuantificaron la huella de carbono de las explotaciones lecheras y evaluaron el potencial de las prácticas nutricionales y de gestión de las granjas para mitigar las emisiones de metano.

Los investigadores recogieron datos de 12 granjas representativas de las tres regiones más importantes en producción láctea en España y con mayor potencial de expansión futura: Mediterráneo (Cataluña, Valencia y Murcia), Cantábrico (Galicia, Asturias y Cantabria) y Central (Castilla-La Mancha, Castilla-León, Madrid y Aragón). De estas áreas, la cantábrica es la más productiva, con el 52% de la producción total de leche de vacuno, mientras que la mediterránea y la centrtal representan el 14 y el 20 %, respectivamente.

Lo que encontraron es que la huella de carbono media fue de 0,84 kg de CO2 equivalente por kilo de leche corregida por energía (se utiliza para estandarizar los volúmenes de leche al 4 % de grasa y 3,3 % de proteína), oscilando entre las granjas de 0,67 a 0,98 kg de CO2 equivalente, siendo la zona mediterránea la que más contamina y la cantábrica la que menos.

Al comparar por zonas, observaron que las explotaciones del norte son más eficientes en tener de emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con las explotaciones lácteas mediterráneas y centrales.

La emisión media anual tanto de metano como de óxido nitroso fue más alta en las explotaciones mediterráneas, seguidas por el área central y, a más baja, en la cantábrica. Mientras que se obtuvieron valores negativos para las emisiones netas medias anuales de dióxido de carbono, compensadas con la producción neta de piensos.

En conjunto, las emisiones de metano procedentes de la fermentación entérica y la manipulación de estiércol (no entérica) supusieron la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, representando más del 70 % de las emisiones totales de las explotaciones.

La GESTIÓN DE Las GRANJAS, La CLAVE

Para afinar más el estudio, los investigadores compararon las características de las dos granjas que presentaron los valores más extremos de metano, una en Girona, con los mayores niveles de emisiones de metano no entéricas, y otra en la provincia de Lugo, con las mayores emisiones entéricas .

La primera granja se utilizó para simular los efectos de los cambios en la gestión de la explotación sobre las emisiones no entéricas de metano y la luguesa, para simular los efectos de los cambios en la composición de la dieta sobre las emisiones entéricas de metano.

Lo que indican los resultados es que los cambios en la gestión de las granjas son más eficientes (ata un 27,5 % de reducción) que los aplicados en las dietas de los animales (sólo un 3,5 %) para la merma de la huella de carbono. Un dato sustancial, ya que señala el camino para las estrategias encaminadas a minorizar la contaminación de las explotaciones ganaderas.

Los escenarios de simulación mostraron que las emisiones de metano y la huella de carbono de la leche podrían reducirse más a través de prácticas de gestión [como la del estiércol, por ejemplo] y no de estrategias alimentarias, aseguran los autores de la investigación, que consideran que su trabajo puede proporcionar a los responsables políticos, ganaderos y partes interesadas información valiosa para planificar y desarrollar estrategias para reducir la huella de carbono asociada a la producción de leche.

Los autores creen necesario, por tanto, mudar el enfoque actual, en el que los esfuerzos de mitigación suelen dirigirse a cambios en las estrategias alimentarias, mientras que los esfuerzos de gestión suelen ser ignorados.

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#1 Es una traduccion? Gracias.

No lo he oido en ningun lado, pero la contaminación se podria reducir mucho separando el pis de la caca. Si se pudiese entrenar los animales para que hiciesen sus cosas en un sitio, como la vacas que aprender a ir al robot a ser ordeñada, se podria gestionar separado.
El pis en la caca interfiere en el secado y El pH es muy agresivo y interfiere en el compostaje de la caca.
El pis se podria almacenar en cisternas y la caca perderia humedad y reduciria su volumen y peso yseria menos agresiva para los cultivos.
El pis un fertilizante de efecto rapido y podria usarse en fertiriego al ser liquido y se podria posponer hasta que el cultivo lo necesite y no lixivie y se aproveche mejor

Mas centrado en la noticia, se deberia propiciar cerrar ciclos. Que el campo alimente las vacas y las vacas al campo. Hay explotaciones que no saben donde meter el estiercol y purines.

johel

#4 Este 2021 es la fecha propicia para crear la cupula del trueno, yo ahi lo dejo.

Fon

Siempre pensé que era por la dieta

Thelion

Al final no me he enterado muy bien del motivo de esa diferencia...¿la gestión de las cacas?

squanchy

#6 Las vacas tienen tanto frío que no se atreven ni a tirarse un pedo.