WWF considera necesario “conjugar un tejido productivo con la conservación de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático. Y esto solo se puede lograr si se recuperan los paisajes tradicionales, que son aquellos donde existen pastos con usos ganaderos extensivos, masas forestales bien gestionadas, cultivos extensivos y bosques autóctonos”, ha indicado Lourdes Hernández responsable de la campaña de incendios de WWF.
Como cada verano, el tema de los incendios ocupa portadas y suscita un cierto debate sobre la prevención y medios para luchar contra ellos. Publiqué un artículo sobre la clasificación de los incendios porque me llamó la atención que se hablase de "incendios de sexta generación" y me pareció un tema interesante.
Básicamente esta clasificación aumenta de grado en función de diferentes factores, siendo uno de ellos el que aborda este artículo, cómo la despoblación y el abandono de pastos y cultivos y su transformación en bosque o plantaciones contribuye a elevar el potencial peligro de los incendios forestales.
Son los propios técnicos en extinción de incendios quienes afirman que su labor ya no es suficiente para controlarlos, puesto que cuando alcanzan las categorías 5ª y 6ª, no existen medios humanos capaces de combatirlos. Como parte del debate sobre los incendios, siempre está el de la precariedad de las brigadas profesionales, falta de medios, etc., pero me parece que siempre se obvia otro factor sobre el que la sociedad sí tiene una capacidad de prevención, que es precisamente el que aborda el informe de WWF.
Pienso que en mayor o menor medida, la mayoría de la sociedad considera los incendios forestales como un gran problema, pero que no hay un debate público y político sobre cómo actuar preventivamente más allá de los medios humanos y materiales destinados a su extinción y que esto es un grave error puesto que es uno de los factores más importantes a la hora de evitar que, cada año, nos encontremos con este problema que trasciende lo ecológico cuando también pone en juego muchas vidas.
"Hace 60 años empezamos a apagar los incendios para salvar los bosques, pero en estos momenos estamos apagando incendios para defender las personas de los bosques que se queman."
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Como cada verano, el tema de los incendios ocupa portadas y suscita un cierto debate sobre la prevención y medios para luchar contra ellos. Publiqué un artículo sobre la clasificación de los incendios porque me llamó la atención que se hablase de "incendios de sexta generación" y me pareció un tema interesante.
Básicamente esta clasificación aumenta de grado en función de diferentes factores, siendo uno de ellos el que aborda este artículo, cómo la despoblación y el abandono de pastos y cultivos y su transformación en bosque o plantaciones contribuye a elevar el potencial peligro de los incendios forestales.
Son los propios técnicos en extinción de incendios quienes afirman que su labor ya no es suficiente para controlarlos, puesto que cuando alcanzan las categorías 5ª y 6ª, no existen medios humanos capaces de combatirlos. Como parte del debate sobre los incendios, siempre está el de la precariedad de las brigadas profesionales, falta de medios, etc., pero me parece que siempre se obvia otro factor sobre el que la sociedad sí tiene una capacidad de prevención, que es precisamente el que aborda el informe de WWF.
Pienso que en mayor o menor medida, la mayoría de la sociedad considera los incendios forestales como un gran problema, pero que no hay un debate público y político sobre cómo actuar preventivamente más allá de los medios humanos y materiales destinados a su extinción y que esto es un grave error puesto que es uno de los factores más importantes a la hora de evitar que, cada año, nos encontremos con este problema que trasciende lo ecológico cuando también pone en juego muchas vidas.
"Hace 60 años empezamos a apagar los incendios para salvar los bosques, pero en estos momenos estamos apagando incendios para defender las personas de los bosques que se queman."