"Le diría a esos políticos que vayan a Gaza, que pasen 48 horas en urgencias del hospital porque muy probablemente cambiaría su opinión", afirma en sus primeras declaraciones, tras destacar, con crudeza, que el trabajo que ha realizado durante cuatro meses en Gaza se ha centrado en atender "a niños mutilados, amputados y quemados". "Llegan niños con disparos en la cabeza y las tripas fuera", afirma. "Si tuvieran que escuchar los llantos de las madres en los pasillos del hospital, si tuviera que atender a los niños en el suelo..."