Fueron 16 meses los que los cuidadores de Bioparc Valencia siguieron con paciencia los indicadores hormonales de Kwanza, una joven rinoceronta blanca de seis años que se preparaba para ser madre por primera vez. Pero también ellos asistían a un hito histórico: la llegada de su primera cría de esta especie tras 18 años de espera en el parque. El nacimiento de esta cría supone un avance clave para la conservación de la especie, amenazada por la caza furtiva y la pérdida de su hábitat.