El secretario general de la OTAN se puso de perfil ante la humillación a la que el presidente de EEUU sometió a Volodímir Zelenski en el Despacho Oval. Tampoco cuestionó que Trump se alineara con Putin en su plan para acabar la guerra. Permaneció en silencio, al igual que hizo cuando el presidente estadounidense amenazaba la soberanía de Dinamarca, que es un miembro de la alianza atlántica, con su intención de anexionarse Groenlandia. Y ahora se deshace en halagos hacia Trump siempre que tiene ocasión.
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