El ala socialista del Gobierno tuvo que arremangarse la semana pasada para salvar el escudo social con Junts. Ahora, llega el turno de Sumar para convertir la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales -uno de los acuerdos de la coalición- en una realidad. Pero los magentas no quieren tutela. Reivindican su potencia negociadora y su cabeza visible, Yolanda Díaz, pide camino despejado hacia Waterloo
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