Este organismo, dotado con un presupuesto anual de 200.000 euros, comenzó con Toni Cantó al mando, un político sin experiencia en diplomacia cultural y cuyo único mérito era su lealtad política al PP tras abandonar Ciudadanos. Su sueldo anual de 75.000 euros encarnaba la ironía: un hombre que clamaba contra los “chiringuitos” pasaba a encabezar uno. La excusa oficial era proteger el español de un ataque inexistente.
|
etiquetas: final , oficina , español , farsa chiringuito , ayuso