Desde que salió mal la serie RTX 50, NVIDIA no deja de recibir críticas: los bots acaparan las gráficas antes de venderse, siguen los problemas con conectores que se derriten, la publicidad resulta engañosa, las tarjetas llegan incompletas y hasta los drivers fallan. Para colmo, la empresa presiona a los medios para que cuenten lo que le conviene.