En 2017 murieron 188 personas en las cárceles del Estado español. De ellas, 35 fueron suicidios, una causa de muerte que alcanzó en el pasado año su cifra más triste y que, según los datos disponibles de 2018, podría seguir en aumento. El informe de Instituciones Penitenciarias señala que el índice de suicidios en las cárceles es “sensiblemente superior” al de la población general, pero excusa esta diferencia en que los presos presentan a menudo “muchos de los factores de riesgo que la OMS [Organización Mundial de la Salud] asocia al suicidio”.
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Otro dato del artículo:
FALLECIDOS EN LA CÁRCEL POR ENFERMEDAD, SIN PASAR POR EL HOSPITAL:
"La edad media de los presos fallecidos en las cárceles del Estado, menos en Catalunya, fue de 49,1 años y la mitad de ellos contaban entre 40 y 56 años. La estadísticas señalan las causas naturales como principal causante de las muertes, con 108 en total, y, en especial,las enfermedades circulatorias —44 fallecidos— y, en concreto, la cardiopatía isquémica o enfermedad coronaria —24 muerte—. Más de la mitad de estos presos murieron en el propio centro penitenciario —52,9%—, frente a los que murieron en centros hospitalarios —45,9%— y una persona que murió en el traslado."
No sé si en esa estadística tendrá algo que ver la alta incidencia de toxicomanías en un alto porcentaje de la población reclusa, pero supongo que los antecedentes psicosociales de muchos de los reclusos tendrá algo que ver.
Luego, aparte, no creo que estar encerrado ayude mucho en el tema de las muertes por accidentes cardiovasculares. Mucho ejercicio no harán.