Cerca de 250 obreros asturianos de Ensidesa y 500 trabajadores de los Altos Hornos de Vizcaya salieron en octubre de 1992 desde Asturias y País Vasco en dos columnas que se unieron en Pozuelo de Alarcón, a unos diez kilómetros de la capital, en defensa del mantenimiento de sus empleos. Fue la llamada «Marcha de Hierro», un hito y un cambio de paradigma en la transformación del sector del metal. Rafael Alonso, uno de los participantes de aquella movilización, ha recordado hoy en Oviedo que fue una protesta «histórica y modélica», tras la que se