El Waiau, un pequeño lago alpino ubicado cerca a la cumbre del volcán Mauna Kea, a 3.970 metros sobre el nivel del mar, tiene alarmados a los pobladores de Hawái. Sus aguas, consideradas esenciales por el papel ecológico y cultural que juega en la vida de los nativos, han ido secándose poco a poco, hasta el punto de quedar reducidas a un simple charco.
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Ha llegado la hora de sacrificar un par de virgenes para que el dios de la lluvia llene el lago sagrado de nuevo