Las provocaciones desde Washington simplemente no cesan. Ya sea Nancy Pelosi visitando Taipéi o personal militar estadounidense estacionado en algunas de las islas de Taiwán más cercanas a China continental, Estados Unidos está intensificando su juego para asegurarse de que China se vea provocada a un rincón del cual solo puede resultar la guerra. Donald Trump acaba de llenar su gabinete con personas que quieren traer paz a Europa para centrar toda su guerra en Asia. Las señales para Taiwán (y Filipinas) son malas.
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