Quizá a estas alturas convendría recordar que la principal diferencia entre un Estado auténticamente democrático y un Estado autoritario no estriba solo en el carácter electivo de sus gobernantes sino en el hecho de que en un Estado democrático los gobernantes no solo se encuentren sometidos a la Ley, exactamente igual que el resto de los ciudadanos, sino que además tienen el deber específico de hacerla respetar y garantizar su cumplimiento. Dicho de otra forma, en una auténtica democracia nadie está por encima de la Ley.
Comentarios
En una auténtica democracia nadie está por encima de la Ley.
En eso se resume todo
#1 sí, pero es conveniente leer el meneo (así como otros) para ver hasta qué punto se sienten por encima de la ley, hasta qué punto lo están realmente y en qué medida se puede decir que vivimos en una democracia o en un Estado autoritario que se va renovando con las elecciones.