Terrible. Un vecino mío, con unos 60, a los 6 meses del diagnóstico, ya no conocía a sus hijos ni a su mujer. No duró ni 2 años.
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Terrible. Un vecino mío, con unos 60, a los 6 meses del diagnóstico, ya no conocía a sus hijos ni a su mujer. No duró ni 2 años.