Avisamos al 1-1-2 para hacer una mediación con el llamante, y después de una tercera re-llamada nos contesta con despertina voz “que su mujer ya se quedó dormida. Se tomó un lexatín y ahora está dormida” (al igual que él).Ante la pregunta del operador de ¿por qué no avisó usted al 1-1-2 para suspender el aviso?, aquel hombre afirma un simple “se me olvidó”. Y punto.
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