Es el gran cambio, el del talento. Hace 60 años, Castilla-La Mancha era una tierra donde los que no sabían leer ni escribir eran uno de cada cuatro ciudadanos, los que apenas habían estudiado primaria -muchos sin completarla- venían a ser casi la tres cuartas partes restantes. Sólo el 1% de la población había pasado por la Universidad. En los últimos 20 años, con la gestión de las competencias educativas por la Comunidad, se ha acelerado la formación universitaria, que ya tienen uno de cada cinco ciudadanos en edad edad adulta.
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