Cada vez que le daba la gana a su padre, que es ganadero y carbonero, volvía, la violaba, le pegaba y cuando jugaba y bebía la apostaba en las cartas o en el dominó con sus amigos y ellos hicieron de ella lo que quisieron. Fue un capricho para el ranchero rico, dueño de ganado y grandes extensiones de tierra en el norte de Coahuila.
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