El árbitro denuncia que el presidente del equipo local gritó "a los cuatro vientos, el árbitro es un hijo de puta, un maricón, pero maricón confirmado, un cabrón que no nos va a dejar hacer nada y va a ir siempre en nuestra contra". Tras el partido, el árbitro se dirigió a su coche y se dio cuenta de que los dos retrovisores y el limpiaparabrisas traseros fueron arrancados y estaban en el suelo.
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