Tras comprar hace año y medio la cadena de supermercados El Árbol por un euro, el Grupo Día ha decidido liquidar definitivamente la cadena castellano leonesa cerrando 40 supermercados e integrando el resto de establecimientos -un total de 342- en sus redes de tiendas de Día Market y La Plaza de Día. Termina así un viejo sueño, apuntalado por políticos y cajas de ahorros de contar con un “mercadona” regional en Castilla y León.
A esta noticia le falta un pedazo: El Arbol cadena de distribución compro en abril de 2010 a Galerías Primero, cadena de distribución aragonesa, en aquellos momentos ruinosa, y propiedad por deudas de la CAI (Caja 3 actualmente absorbida por Ibercaja).
Una empresa ruinosa compra a otra empresa ruinosa para arruinarse las dos, para hacerse favores entre cajas de Ahorro en ruinas.
Sigue la Marca España y vamos para bingo.
#2 del dilema del prisionero en la teoría de juegos se extrae la conclusión de que la competencia nunca conduce a la solución óptima para el colectivo.
y además que si todos los jugadores juegan sus cartas mirando sólo sus propios intereses se alcanza el peor resultado colectivo posible. https://es.wikipedia.org/wiki/Dilema_del_prisionero
esto tiene mucho sentido incluso desde el punto de vista de la física básica, en la que que esfuerzos enfrentados se anulan y cuando van en la misma dirección se suman.
la competencia es en realidad un lastre en la productividad, la eficiencia y la sostenibilidad. además de terreno abonado para malas prácticas y conduce a una espiral de abaratamiento de costes que perjudica a los trabajadores y a los consumidores vía calidad decreciente del producto y además no implica necesariamente mejores precios, de hecho todos los gastos en publicidad, que al final se repercuten al cliente, son absurdos e intrínsecos de la competencia.
que la competencia es buena para el consumidor es otro mantra neoliberal que no se sustenta en verdad objetiva alguna pero todo el mundo da por valido. el beneficio propio es la finalidad de la empresa igual que la del consumidor, son intereses enfrentados. para la empresa una opción posible de asegurar su benefico es beneficiando al consumidor pero también tiene la opción contraria. (véase volkswagen por citar algo reciente) si no hay competencia la única finalidad de la producción es atender a los consumidores y no hay necesidad de entrar en la espiral de abaratamiento de costes y calidad decreciente además de malas prácticas. (claro que para eso habría que empezar a pensar más en términos de costes que en cuánto se le puede robar a la gente)
así que no, no es así, la competencia es un perjuicio colectivo. el mejor ejemplo en este país es la liberalización del mercado eléctrico.
y disculpa por el tostón.
#5 interesante lo que comentas, siempre es bueno ver los dos lados de la moneda.
La competencia yo la veo buena siempre que el consumidor sepa elegir la opción de mas calidad-precio y no solo el precio. Tu dices el ejemplo de la electricidad y yo sumo la gasolina para darte la razón pero eso para mi no es competencia son precios pactados. La verdadera utopía serían los productos de calidad, duraderos a un precio realista al estilo de la producción comunista, por lo menos eso siempre había escuchado yo de la republica democrática alemana de sus coches.
Comentarios
Dia haciendo leña del árbol caído, nihil sub sole novum
A esta noticia le falta un pedazo: El Arbol cadena de distribución compro en abril de 2010 a Galerías Primero, cadena de distribución aragonesa, en aquellos momentos ruinosa, y propiedad por deudas de la CAI (Caja 3 actualmente absorbida por Ibercaja).
Una empresa ruinosa compra a otra empresa ruinosa para arruinarse las dos, para hacerse favores entre cajas de Ahorro en ruinas.
Sigue la Marca España y vamos para bingo.
Una lastima la competencia siempre es buena para nosotros.
#2 del dilema del prisionero en la teoría de juegos se extrae la conclusión de que la competencia nunca conduce a la solución óptima para el colectivo.
y además que si todos los jugadores juegan sus cartas mirando sólo sus propios intereses se alcanza el peor resultado colectivo posible.
https://es.wikipedia.org/wiki/Dilema_del_prisionero
esto tiene mucho sentido incluso desde el punto de vista de la física básica, en la que que esfuerzos enfrentados se anulan y cuando van en la misma dirección se suman.
la competencia es en realidad un lastre en la productividad, la eficiencia y la sostenibilidad. además de terreno abonado para malas prácticas y conduce a una espiral de abaratamiento de costes que perjudica a los trabajadores y a los consumidores vía calidad decreciente del producto y además no implica necesariamente mejores precios, de hecho todos los gastos en publicidad, que al final se repercuten al cliente, son absurdos e intrínsecos de la competencia.
que la competencia es buena para el consumidor es otro mantra neoliberal que no se sustenta en verdad objetiva alguna pero todo el mundo da por valido. el beneficio propio es la finalidad de la empresa igual que la del consumidor, son intereses enfrentados. para la empresa una opción posible de asegurar su benefico es beneficiando al consumidor pero también tiene la opción contraria. (véase volkswagen por citar algo reciente) si no hay competencia la única finalidad de la producción es atender a los consumidores y no hay necesidad de entrar en la espiral de abaratamiento de costes y calidad decreciente además de malas prácticas. (claro que para eso habría que empezar a pensar más en términos de costes que en cuánto se le puede robar a la gente)
así que no, no es así, la competencia es un perjuicio colectivo. el mejor ejemplo en este país es la liberalización del mercado eléctrico.
y disculpa por el tostón.
#5 interesante lo que comentas, siempre es bueno ver los dos lados de la moneda.
La competencia yo la veo buena siempre que el consumidor sepa elegir la opción de mas calidad-precio y no solo el precio. Tu dices el ejemplo de la electricidad y yo sumo la gasolina para darte la razón pero eso para mi no es competencia son precios pactados. La verdadera utopía serían los productos de calidad, duraderos a un precio realista al estilo de la producción comunista, por lo menos eso siempre había escuchado yo de la republica democrática alemana de sus coches.
Como recorten plantilla y cierren tiendas se puede convertir en el árbol del ahorcado.