No se entenderá el fenómeno del separatismo, del “prusés” que tanto dinero y energía ha costado a España durante los últimos cinco años sin tener en cuenta un factor psicológico fundamental: el narcisismo herido del sr. Artur Mas, designado por el consejo de ancianos como jefe de la tribu pero que tras ganar dos convocatorias de elecciones sólo pudo por fin gobernar en el contexto de una crisis económica que le hacía prever la pronta pérdida de la tan largamente codiciada posición y el regreso a la oposición.
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