Hace 4 años | Por ContinuumST a lavanguardia.com
Publicado hace 4 años por ContinuumST a lavanguardia.com

Francia es un país celosamente orgulloso de sus figuras históricas y benévolo con sus comportamientos. La tumba de Napoleón, por ejemplo, está en un emplazamiento privilegiado en París y es una atracción turística, a pesar de las carnicerías que provocaron sus ejércitos. Pero el clamor global contra el racismo también ha llegado. Su último objetivo ha sido la estatua de Jean-Baptiste Colbert (1619-1683), hombre clave en la corte de Luis XIV, el Rey Sol, que hay ante la Asamblea Nacional.

Comentarios

Neeme

NI siquiera los judíos han llegado tan lejos intentando borrar la sombra del nazismo, al contrario, los símbolos hay que dejarlos para educar y concienciar de las estupideces del pasado.

Pero claro educar ... demasiado esfuerzo

ayaxordre

En cuanto he leído la tontería de referencia a Napoleón he dejado el texto.