Hace 6 años | Por gringogo a dw.com
Publicado hace 6 años por gringogo a dw.com

Unos 600 refugiados se negaron a abandonar el centro de refugiados del Gobierno australiano en la isla papuana de Manus después de que las autoridades de Papúa Nueva Guinea lo cerraran por orden judicial. No quieren trasladarse al alojamiento ofrecido por las autoridades papuanas porque temen por su seguridad, tras sufrir varios ataques por parte de la población local, que irrumpieron en el campo armados con palos y machetes. La ONU exigió a Australia poner fin a la situación en la isla de Manus, que catalogó como una crisis humanitaria.

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A

Ejemplo de "no hay mal que por bien no venga"