Con la economía de España paralizada por el estado de alarma, las empresas españolas han empezado a solicitar expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) para ajustar sus costes salariales a la caída de la actividad sin necesidad de despidos. Lo han hecho por decenas de miles, casi centenares, lo que ha generado un colapso en la gestión de estos procedimientos. Según los últimos datos facilitados por las CCAA, los ERTE solicitados superan ya los 160.000, con un millón y medio de trabajadores afectado.
Comentarios
1. Empresaurio presenta ERTE de fuerza mayor en su consultoría días después de haber mandado a todos sus empleados trabajar desde casa.
2. Se acepta el ERTE por silencio administrativo.
3. Tras el estado de alarma, trabajador demanda y pide la nulidad de la decisión por haber sido "adoptada en fraude de Ley, eludiendo las normas relativas al periodo de consultas", al haber reconducido indebidamente como fuerza mayor aquello que manifiestamente eran causas económicas.
4. Empresaurio tiene que pagarle al trabajador la diferencia entre la prestación de desempleo y el sueldo durante todo ese periodo, considerarlo tiempo de trabajo efectivo y devolver a la Seguridad Social el importe de la prestación.
Y le sale cara la broma. Lo único, que los juzgados de lo social van a estar todavía más saturados que antes, así que va a tardar la cosa.