Un fotógrafo llamado Doyle Slifer capturó por pura casualidad un hermoso y efímero paisaje: durante un eclipse solar parcial, algunas nubes se interpusieron en la vista hacia el Sol, y además un avión pasó por allí en el momento, dejando un conjunto de siluetas de los que difícilmente se pueden repetir fácilmente. Fue foto del día para la NASA.